La soledad tiene un grave impacto en la salud
Dos estudios llevados a cabo en Estados Unidos revelan que la soledad puede acortar la vida significativamente.
Quienes viven o se sienten solos tienen dos veces más riesgo de morir que los acompañados.
Una de las investigaciones, que siguió a personas mayores de 60 años, encontró que quienes vivían o se sentían solos tuvieron casi dos veces más riesgo de morir que los acompañados.
En ambas investigaciones -publicadas enArchives of Internal Medicine (Archivos de Medicina Interna)- los autores concluyen que analizar la soledad que siente un paciente puede ayudar a los médicos a identificar a aquéllos que tienen más riesgo de morir.
En el primer estudio, dirigido por la doctora Carla Perissonotto de la Universidad de California en San Francisco, se llevó a cabo un seguimiento durante seis años de 1.600 personas de 60 años o más.
En la investigación se utilizaron los datos del Estudio de la Salud y la Jubilación llevado a cabo por el Instituto Nacional de la Vejez entre 2002 y 2008.
Los investigadores se centraron específicamente en la soledad que sentían o experimentaban los participantes y el impacto que ésta tenía en su vida.
Los resultados, al final de los seis años de estudio, mostraron que los que se sentían o vivían solos tuvieron 59% más riesgo de haber tenido un deterioro en la salud y 45% más riesgo de haber muerto.
Acompañado, pero solo
Pero lo que sorprendió a los investigadores fue el alto número de personas que, a pesar de vivir acompañadas, se sentían solas.
Los datos mostraron que 43% de los participantes se sentían solos y sin embargo, sólo 18% vivían solos.
Tal como explica a la BBC la profesora Perissonotto, estos resultados muestran que la soledad en un paciente mayor tiene un impacto mucho más grave de lo que se piensa.
“A menudo la gente piensa que la soledad es un producto de las relaciones sociales de una persona, de cuántas personas están a tu alrededor” explica la investigadora.
“Pero, de hecho, para medir la soledad en este estudio vimos tres componentes diferentes de sentimientos subjetivos: si la persona se siente excluida, si se siente aislada o si se siente acompañada”.
“No creo que podamos cambiar la genética, pero sí podemos intervenir cuando una persona está sola y ayudarla a prevenir algo de su deterioro funcional”
Prof. Carla Perissonotto
El estudio, señala la investigadora, no analizó las causas que conducen al deterioro físico o al mayor riesgo de muerte en las personas solas.
“Pero es claro que la soledad sí tiene un efecto grave en la salud” explica a la BBC.
Varios estudios en el pasado ya han mostrado que puede haber algún mecanismo biológico vinculado a la soledad.
Según la profesora Perissinotto, “quizás la soledad causa cambios en las funciones del sistema inmune o incrementa la respuesta inflamatoria en el organismo”.
“Pero nuestro estudio observó un nivel más básico, el nivel social”.
“Y vimos que al sentirse solo un individuo está menos involucrado con su ambiente y por lo tanto tiene menos probabilidades de involucrarse con su cuidado personal” agrega la investigadora.
Más investigación
Ya que se espera que la población en todo el mundo continúe envejeciendo y que el número de personas mayores se incremente drásticamente, los investigadores creen que es necesario encontrar mejores estrategias para ayudar a estos individuos a tener una mejor calidad de vida.
“Investigar las enfermedades crónicas de estos individuos no es suficiente” dice la profesora Perissonotto.
“Hay muchas más cosas en los asilos de ancianos y en sus comunidades que están afectando su salud. Si no investigamos estos factores estaremos pasando por alto un factor de riesgo muy importante”.
“No creo que podamos cambiar la genética, pero sí podemos intervenir cuando una persona está sola y ayudarla a prevenir algo de su deterioro funcional” agrega.
La segunda investigación, también publicada en Archives of Internal Medicine, encontró que las personas en riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, o con ella, tenían más probabilidades de morir a causa de estos trastornos si vivían solos.
El estudio del Hospital Brigham y de Mujeres y la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Boston, comparó el impacto en estas enfermedades con el hecho de vivir solo o acompañado entre más de 50.000 participantes de entre 45 y 80 años.
En el estudio de cuatro años los que vivían solos mostraron 14% más riesgo de morir por cualquier causa y 8,6% de morir por enfermedad cardiovascular que los que vivían acompañados.