{"id":79785,"date":"2020-11-23T08:54:30","date_gmt":"2020-11-23T12:54:30","guid":{"rendered":"http:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/?p=79785"},"modified":"2020-11-23T08:54:32","modified_gmt":"2020-11-23T12:54:32","slug":"una-nueva-oleada-de-ninos-limpiavidrios-irrumpe-en-las-calles","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/una-nueva-oleada-de-ninos-limpiavidrios-irrumpe-en-las-calles\/","title":{"rendered":"Una nueva oleada de ni\u00f1os \u2018limpiavidrios\u2019 irrumpe en las calles"},"content":{"rendered":"\n
\"\"<\/figure><\/div>\n\n\n\n

A trav\u00e9s de la transparen\u00adcia de los cristales del coche, donde la ventilaci\u00f3n encan\u00adta y el silencio consuela, se avistan las figuras de unos incautos peque\u00f1os, fl\u00e1cidos y hambrientos, que se mue\u00adven presurosos alrededor de los veh\u00edculos.<\/p>\n\n\n\n

\u00c1giles y saltones, con una mezcla de agua y de\u00adtergente en botellitas de pl\u00e1stico, un trapo viejo y mugriento, una esponja, algunos con \u201cbrazos\u201d lim\u00adpiaparabrisas, estos ni\u00f1os se abalanzan frente a los autos a la se\u00f1al del cambio a luz roja, estir\u00e1ndose a distancia para arrojar, co\u00admo rel\u00e1mpago, su l\u00edquido encima de los cristales.<\/p>\n\n\n\n

Esto ocurre todos los d\u00edas en las descapotadas v\u00edas de Santo Domingo. A cualquier hora, en cada confluencia de calles o avenidas u otro tre\u00adcho vial de la ciudad.<\/p>\n\n\n\n

Se buscan unas pocas monedas, comida, ropa, lo que est\u00e9 disponible en pago a su \u201cservicio\u201d, siempre con la misma suplica: \u201cD\u00e9 algo, lo que sea, no he comido na\u00adda\u201d.<\/p>\n\n\n\n

\u00bfPor qu\u00e9 est\u00e1s aqu\u00ed, en la calle? \u00bfPor qu\u00e9 no est\u00e1s en la escuela?, dos preguntas di\u00adrectas para \u201cRandy\u201d (nom\u00adbre ficticio), un peque\u00f1o de 10 a\u00f1os que, sin darme tiempo a un \u201cno\u201d, lanz\u00f3 un trozo de franela empapada de jab\u00f3n sobre el cristal de mi Matrix, en una intersec\u00adci\u00f3n a lo largo de la 27 de Fe\u00adbrero.<\/ins><\/p>\n\n\n\n

Dando saltitos para alcan\u00adzar el centro del parabrisas, se tom\u00f3 pocos segundos, y como no queriendo dejar es\u00adtas preguntas al aire, dej\u00f3 ro\u00addar esta pregunta, que invo\u00adlucr\u00f3 a la vez su respuesta: \u00bfY c\u00f3mo, se\u00f1or?<\/p>\n\n\n\n

Conocidos como \u201climpios vidrios\u201d, estos son chicos que reci\u00e9n han irrumpido, arras\u00adtrando su inocencia, en un quehacer del que cientos de j\u00f3venes sobreviven a las pe\u00adnurias econ\u00f3micas de sus fa\u00admilias.<\/p>\n\n\n\n

Est\u00e1n ah\u00ed, a vista de todos, incluyendo de la autoridad de tr\u00e1nsito, exponiendo sus vidas, soportando vej\u00e1me\u00adnes y maldiciones de algunos conductores.<\/p>\n\n\n\n

Insultados y tantas veces despreciados, a lo largo de ca\u00adlles y avenidas de la capital, apretadas por un tr\u00e1fico as\u00adfixiante, el sufrimiento de es\u00adtos ingenuos empieza con el amanecer de cada d\u00eda, desa\u00adfiando un ambiente descobi\u00adjado y hostil del que s\u00f3lo hu\u00adyen por la venida del toque de queda.<\/p>\n\n\n\n

Cada d\u00eda aumenta su pre\u00adsencia en las calles, unos es\u00adpacios llenos de riesgos, don\u00adde tienen que toparse con individuos que aprovechan esos tramos viales para matar, asaltar, amenazar y agredir.<\/p>\n\n\n\n

Saben que gente mue\u00adre y se enferma de un virus tan destructivo como el Co\u00advid-19, pero pocos usan mas\u00adcarillas ni se distancian entre ellos. Tocan cualquier cosa y comen \u201ca mano pelada\u201d tro\u00adzos de pan, fritos, dulces, un bocado de comida comparti\u00addo en grupo, intercambian ju\u00adgos, y con frecuencia lamen sus dedos aceitados o con re\u00adsiduos de alimentos, expo\u00adni\u00e9ndose al peligro de un con\u00adtagio.<\/p>\n\n\n\n

Mientras tanto, no hay se\u00ad\u00f1ales de plan alguno para acabar con este drama que coloca a estos menores en un escenario ideal para da\u00adnos irreparables a su integri\u00addad f\u00edsica y mental, debido a la cercan\u00eda con una legi\u00f3n de vagabundos y malhechores, responsables del estado de inseguridad que viven las co\u00admunidades.<\/p>\n\n\n\n

Poco a poco, estos chicos errantes van cotejando el ca\u00admino que podr\u00eda llevarles a un final del que ahora nada les importa.<\/p>\n\n\n\n

Su vida es ahora. Para ellos, ma\u00f1ana es igual a pompas de jab\u00f3n, como los globitos cris\u00adtalinos que surgen al agitar los recipientes para limpiar vidrios, su medio para com\u00adprar el bocado que calmar\u00e1 su hambre, al menos por al\u00adgunas horas. Esos ni\u00f1os, de los que hasta ahora no hay cifras confiables sobre cu\u00e1n\u00adtos deambulan por las calles de Santo Domingo en estas faenas de poca gracia, son v\u00edctimas de situaciones com\u00adplicadas en sus familias, una variedad de circunstancias que podr\u00edan abarcar desde desempleo familiar, abando\u00adno de sus padres, falta de ho\u00adgar seguro, maltrato f\u00edsico. \u00bfQui\u00e9n ir\u00e1 por su rescate?<\/p>\n\n\n\n

TEMOR
Sufren hambre.<\/strong>
Poco a poco, estos chicos errabundos van cotejando el camino que podr\u00eda llevarles a un final del que ahora nada les importa. Ellos necesitan de comer, y eso est\u00e1n buscando, pero en unas calles llenas de peligros.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

A trav\u00e9s de la transparen\u00adcia de los cristales del coche, donde la ventilaci\u00f3n encan\u00adta y el silencio consuela, se avistan las figuras de unos incautos peque\u00f1os, fl\u00e1cidos y hambrientos, que se mue\u00adven presurosos alrededor de los veh\u00edculos. \u00c1giles y saltones, con una mezcla de agua y de\u00adtergente en botellitas de pl\u00e1stico, un trapo viejo y mugriento, una esponja, algunos con \u201cbrazos\u201d lim\u00adpiaparabrisas, estos ni\u00f1os se abalanzan frente a los autos a la se\u00f1al del cambio a luz roja, estir\u00e1ndose a distancia para arrojar, co\u00admo rel\u00e1mpago, su l\u00edquido encima de los cristales. Esto ocurre todos los d\u00edas en las descapotadas v\u00edas de Santo Domingo. A cualquier hora, en cada confluencia de calles o avenidas u otro tre\u00adcho vial de la ciudad. Se buscan unas pocas monedas, comida, ropa, lo que est\u00e9 disponible en pago a su \u201cservicio\u201d, siempre con la misma suplica: \u201cD\u00e9 algo, lo que sea, no he comido na\u00adda\u201d. \u00bfPor qu\u00e9 est\u00e1s aqu\u00ed, en la calle? \u00bfPor qu\u00e9 no est\u00e1s en la escuela?, dos preguntas di\u00adrectas para \u201cRandy\u201d (nom\u00adbre ficticio), un peque\u00f1o de 10 a\u00f1os que, sin darme tiempo a un \u201cno\u201d, lanz\u00f3 un trozo de franela empapada de jab\u00f3n sobre el cristal de mi Matrix, en una intersec\u00adci\u00f3n a lo largo de la 27 de Fe\u00adbrero. Dando saltitos para alcan\u00adzar el centro del parabrisas, se tom\u00f3 pocos segundos, y como no queriendo dejar es\u00adtas preguntas al aire, dej\u00f3 ro\u00addar esta pregunta, que invo\u00adlucr\u00f3 a la vez su respuesta: \u00bfY c\u00f3mo, se\u00f1or? Conocidos como \u201climpios vidrios\u201d, estos son chicos que reci\u00e9n han irrumpido, arras\u00adtrando su inocencia, en un quehacer del que cientos de j\u00f3venes sobreviven a las pe\u00adnurias econ\u00f3micas de sus fa\u00admilias. Est\u00e1n ah\u00ed, a vista de todos, incluyendo de la autoridad de tr\u00e1nsito, exponiendo sus vidas, soportando vej\u00e1me\u00adnes y maldiciones de algunos conductores. Insultados y tantas veces despreciados, a lo largo de ca\u00adlles y avenidas de la capital, apretadas por un tr\u00e1fico as\u00adfixiante, el sufrimiento de es\u00adtos ingenuos empieza con el amanecer de cada d\u00eda, desa\u00adfiando un ambiente descobi\u00adjado y hostil del que s\u00f3lo hu\u00adyen por la venida del toque de queda. Cada d\u00eda aumenta su pre\u00adsencia en las calles, unos es\u00adpacios llenos de riesgos, don\u00adde tienen que toparse con individuos que aprovechan esos tramos viales para matar, asaltar, amenazar y agredir. Saben que gente mue\u00adre y se enferma de un virus tan destructivo como el Co\u00advid-19, pero pocos usan mas\u00adcarillas ni se distancian entre ellos. Tocan cualquier cosa y comen \u201ca mano pelada\u201d tro\u00adzos de pan, fritos, dulces, un bocado de comida comparti\u00addo en grupo, intercambian ju\u00adgos, y con frecuencia lamen sus dedos aceitados o con re\u00adsiduos de alimentos, expo\u00adni\u00e9ndose al peligro de un con\u00adtagio. Mientras tanto, no hay se\u00ad\u00f1ales de plan alguno para acabar con este drama que coloca a estos menores en un escenario ideal para da\u00adnos irreparables a su integri\u00addad f\u00edsica y mental, debido a la cercan\u00eda con una legi\u00f3n de vagabundos y malhechores, responsables del estado de inseguridad que viven las co\u00admunidades. Poco a poco, estos chicos errantes van cotejando el ca\u00admino que podr\u00eda llevarles a un final del que ahora nada les importa. Su vida es ahora. Para ellos, ma\u00f1ana es igual a pompas de jab\u00f3n, como los globitos cris\u00adtalinos que surgen al agitar los recipientes para limpiar vidrios, su medio para com\u00adprar el bocado que calmar\u00e1 su hambre, al menos por al\u00adgunas horas. Esos ni\u00f1os, de los que hasta ahora no hay cifras confiables sobre cu\u00e1n\u00adtos deambulan por las calles de Santo Domingo en estas faenas de poca gracia, son v\u00edctimas de situaciones com\u00adplicadas en sus familias, una variedad de circunstancias que podr\u00edan abarcar desde desempleo familiar, abando\u00adno de sus padres, falta de ho\u00adgar seguro, maltrato f\u00edsico. \u00bfQui\u00e9n ir\u00e1 por su rescate? TEMORSufren hambre.Poco a poco, estos chicos errabundos van cotejando el camino que podr\u00eda llevarles a un final del que ahora nada les importa. Ellos necesitan de comer, y eso est\u00e1n buscando, pero en unas calles llenas de peligros.<\/p>\n","protected":false},"author":9,"featured_media":79786,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[312],"tags":[],"class_list":["post-79785","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-comentando-online"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/79785","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/users\/9"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=79785"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/79785\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":79787,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/79785\/revisions\/79787"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/media\/79786"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=79785"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=79785"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/sosuaonline.net\/inicio\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=79785"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}