El Renovado Concepto de lo Social
Somos la sociedad de la Información y el Conocimiento, somos la cultura del siglo XXI, hemos cambiado el curso de la historia, reformado las costumbres y los significados de la cotidianidad. ¡Oh sí, claro que lo hemos hecho! Ahora desarrollamos nuestras vidas sociales sin movernos de nuestros hogares y cuando lo hacemos, ya no nos hablamos cara a cara ¿Y para qué? Tenemos teléfonos inteligentes, los principales actores del renovado concepto de lo social.
Las comunicaciones son vitales para las vidas humanas y las relaciones, lo sabemos, pero no solo comunicaciones interpersonales, sino de masas. Es por esto que nuestro mundo está siempre inmerso en una cadena de medios sociales que se apropian por sí mismos de las personas. Pero ¿Qué pasa cuando las comunicaciones no son exactamente interacción? Ahora que el Internet ha ganado una posición fundamental en la vida de hoy, “es…crucial reconocer que la distinción entre online/offline (en línea, fuera de línea) no es simplemente una diferencia académica, sino que tiene también un poderoso estatus político y social (Slater, Don.2002)
Lo que la nueva vida online nos ha traído es una revolución del estilo, costumbres y cultura de cómo vivimos, interactuamos, socializamos y establecemos relaciones de trabajo, romance, amistad y familia. En términos generales, el Internet nos ha hecho renovar el concepto social. Ser sociales, significa ser capaces de relacionar la forma en que las personas en grupos se comportan e interactúan. Por otro lado, de acuerdo a como van las cosas, los humanos ya no viven o prefieren vivir como parte de una comunidad o colonia, sino solos.
Decimos socializar a través de los múltiples mecanismos que las comunicaciones del siglo XXI nos han dado, mientras lo que en realidad ocurre es que nos separamos de las comunidades y nos hacemos dependientes de los aparatos electrónicos que nos permiten estar “conectados”.
Hoy “ser social” se ha reducido a un estado compartido en Facebook, a la cantidad de tuits que publicamos durante el día. En vez de reunirnos con un amigo que hace meses no vemos para tomar una taza de café, chateamos en WhatsApp. Y yo pregunto ¿es eso malo? No, no lo es. Celebramos la aparición de todas estas alternativas de medios sociales, no podemos negar que han hecho nuestras vidas más fáciles. Pero no es la plataforma, el teléfono inteligente, la computadora; somos nosotros. Sí nosotros, porque hemos creado esos dispositivos, pero no hemos aprendido a vivir con ellos, sin que nos tomen las vidas.
Pero no tomemos estas consideraciones fuera de la burbuja, como que no nos afectan, ya que todos somos ciudadanos de esta nueva sociedad. Están esos que aun no han entrado a la social media porque son analfabetos tecnológicos, pero a pesar de que pretendamos permanecer intocados por la nueva revolución, podemos ser víctimas de la falta de atención de nuestros allegados.
Junto con las modernidades de esta nueva sociedad también se han incrementado los desordenes de personalidad, tales como narcisismo, nomofobia y phubbing. En el caso de los últimos, nuevos términos que nos ayudan a entender el complejo y “renovado” significado del concepto social.
Nuestra moderna sociedad parece haber evolucionado en materia de comunicaciones, basado en las interacciones que permite la social media, pero aunque esto puede parecer una idea descabellada, la evolución que la tecnología nos ha brindado, no parece ser provechosa en tanto no aprendamos a movernos entre las aguas de las relaciones personales, nuestra pertenencia a un mundo real y la existencia de una vida virtual que nos absorbe.