Pedro Clisante y Alejo Martínez: “Héroes Olvidados”
Era la mañana del lunes 14 de agosto de 1961, la sangre volvió a correr por causas políticas. Pedro Clisante cayó a golpe de bayoneta y el doctor Alejo Martínez fue baleado en su residencia. ¿La razón? Ansiaban la democracia.
Después del ajusticiamiento de Trujillo, el país entró en una fase de cataclismos políticos que incluyeron como norma, la extirpación de los líderes de movimientos políticos que pugnaban por la democracia.
Dentro de estos grupos, se hallaban el doctor Alejo Martínez y Pedro Clisante, dos víctimas de la opresión, cuya muerte causó revuelo en su tiempo y hoy es desconocida por las generaciones actuales.
Pedro Clisante, de 28 años de edad, al momento de su muerte, era nativo de Puerto Plata y laboraba en Sosúa en la oficina del Ing. José Delio Guzmán y hacia allá se dirigía cuando fue interceptado en el puesto de guardia en Sosúa y vilmente asesinado.
Clisante, como lo describe Antonio Hernández alias “Papo”, compañero político, era un hombre de carácter intrépido, padre de familia, quien se atrevió a desmantelar el cartel “Gracias a Trujillo” en el Tecni Club, y firmó su sentencia con su ideología democrática.
Apenas minutos más tarde, los esbirros de la tiranía, dieron muerte al Dr. Alejo Martínez en presencia de su familia, en la galería de su hogar. Martínez era oriundo de San Pedro de Macorís, laboraba como médico en el seguro social y dirigía en Sosúa una célula del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.
El día anterior, ambos Clisante y Martínez, habían participado junto a otros integrantes del movimiento en un mitin político en Puerto Plata, que desencadenó una cacería, en toda la zona norte, y cobró la vida de varias personas en hechos separados.
Inmediatamente la comunidad se conmocionó y la reacción no se hizo esperar. De hecho el sacerdote Goyeneche que ofició el funeral, dijo que las condolencias por estas muertes eran para el pueblo.
De acuerdo con Papo Hernández, quien huyó a “El Choco”, para salvar su vida de la matanza, todo Sosúa cerró sus puertas, la docencia se suspendió y el aire estaba cargado de ansiedad, suspenso y preocupación
La muerte de estos dos luchadores, nunca fue del todo esclarecida de forma oficial, pero sabido era que su ideología política opuesta al régimen dictatorial de Trujillo, en momentos críticos como esos, era obviamente rechazada.
Manolo Tavárez Justo dijo exactamente un mes después, que “… ese clima propicio no existe”, la pretendida liberación de la tiranía era “una farsa macabra” y fue en este discurso en que citó los atropellos contra el Dr. Alejo Martínez y Pedro Clisante.
Clisante y Martínez, fueron dos valerosos hombres que como muchos en nuestra historia, debieron sacrificar sus vidas, por la consecución de la libertad. Aunque se bautizaron dos calles con sus nombres, es lamentable que hoy a 51 años de su muerte, poco sepa el pueblo de estos “héroes olvidados”.