Pero ¿cómo es que se acaba el dolor? El cerebro se confunde con la interferencia de percepción sensorial cuando se cruzan las extremedidades, asegura el portal BBC Mundo.
Según la investigación publicada en la revista Pain, con esta forma el cerebro se ve engañado sobre el lugar donde se produce el dolor.
La confusión surge al colocar la mano de lado equivocado, lo que provoca la interferencia de una parte de la percepción sensorial.
El estudio se llevó acabo con 20 personas, a las que se les provocó dolor a través de láser en las manos, sin tocarlos.
Las personas analizadas clasificaron la intensidad del dolor que sentían y al mismo tiempo se midieron las respuestas eléctricas del cerebro a través de electroencefalogramas.
Los resultados arrojaron que el dolor era menor cuando los brazos estaban cruzados sobre la parte media del cuerpo.
Giandomenico Iannetti, encargado del estudio, afirmó que esta sensación se debe a la información conflictiva entre los dos hemisferios del cerebro.
“Cuando cruzamos nuestros brazos, los dos mapas resultan mal emparejados y se debilita el procesamiento de la información sensorial, lo que resulta en menos dolor”.
“Por ejemplo, si tomamos un vaso de agua ubicado en nuestro lado derecho a menudo usamos la mano derecha”, aseguró uno de los autores de la investigación.
Esta nuevo resultado podría contribuir en nuevas terapias para tratar el dolor a través de la confusión del cerebro.