Destacan labor de “Granito de Mostaza” a favor de niños en condiciones especiales
PUERTO PLATA.- “A mano pelá” funciona desde hace varios años la institución sin fines de lucro “Granito de Mostaza” donde se atiende a un grupo de 20 niños y adolecentes afectados por discapacidad como son parálisis cerebral, retraso psicomotor y Síndrome de Down.
Esta fundación realiza una admirable labor como es alimentar y cuidar a estos seres especiales que no caminan, no hablan y ni siquiera pueden valerse por sí mismos para comer, los cuales fueron abandonados por sus padres en un lugar cualquiera del país, pero con el tiempo han logrado sobrevivir y hasta conseguir algún desarrollo físico y mental gracias a la loable labor que cada día realiza la fundación Granito de Mostaza en su humilde hogar.
Asimismo, en una labor titánica realizada a favor de los discapacitados este centro funciona los 365 días del año con los pocos recursos que aportan manos solidarias y gracias al trabajo de colaboradores voluntarios ya que sus gastos mensuales rondan los 500 mil pesos.
Pese a las limitaciones, no hay un día que los niños dejen de recibir sus medicamentos, que cuestan ocho mil pesos por cada uno, alimentos, terapias, su baño, su cambio de pañales y hasta educación, poniendo en relieve las enseñanzas de Jesucristo que “si tuviéramos fe como un granito de mostaza, podemos mover montañas”.
Precisamente haciendo alusión a esa enseñanza divina, Miguelina quien debido a su enfermedad tiene 23 años pero aparenta de 12, aun así exhibe su alegre sonrisa, a pesar de no articular bien las palabras expresa con satisfacción que ya sabe la oración del Padre Nuestro y si temor canta “Si tuviera fe como un granito de mostaza, eso lo dice el Señor, yo le diría a las montañas muévete, muévete”.
A la jovencita Miguelina, le encanta cantar, colorear hojas en blanco y también ayuda un poquito a organizar su pequeña cama, es la única que puede hablar del grupo de 20 niños y adolescentes que padecen de parálisis cerebral, retraso psicomotor y síndrome de Down los cuales fueron acogidos y reciben atenciones en la fundación Granito de Mostaza.
Amor al prójimo
Indudablemente el poder de la caridad se impone ya que no sólo lo material cuenta aquí, además los niños reciben un gran amor por parte de las 22 niñeras que los cuidan, el personal administrativo, la enfermera y el médico que todos los días acuden al centro a darles la sección de terapia.
Granito de Mostaza, esta situada en una zona poco conocida del turístico municipio turístico de Sosúa, en la provincia de Puerto Plata, es el ejemplo vivo de que más allá del dinero existe algo que se llama compasión humana.
La asistente administrativa de la fundación; Alexandra Bournigal manifestó que “es una experiencia fuera de serie, trabajar con todos estos niños no tiene precio, porque esto es un llamado del Espíritu Santo, ya que he trabajado en muchos lugares, pero como aquí nada se compara”.
La fundación Granito de Mostaza ya tiene 13 años en República Dominicana ayudando a los más vulnerables, pero también se encarga de que cuatro niños del grupo de 20 reciban educación en una escuela especializada.
Rutina
En este hogar, la jornada comienza bien temprano, los niños se despiertan entre cuatro y cinco de la mañana, reciben un baño, luego su desayuno y más tarde son llevados a una pequeña habitación que hace la función de capilla para que ellos “puedan entrar en contacto con Dios”.
Luego son llevados a su pequeña terraza hasta la hora del almuerzo; a las dos de la tarde empiezan con las terapias.
¿Cómo podemos ayudar?
“Las necesidades de la fundación Granito de Mostaza van desde una lata de leche hasta un simple pañal ya que el personal de la fundación es creyente en Jesucristo y eso hace que cuando algo falta llega sin ni siquiera esperarlo”, explica la señora Bournigal.
Relató que “en una ocasión no tenían ni un solo pañal desechable para los niños y no sabían qué iban hacer, pero confiaron en Dios y más tarde llegó, sin estar esperándolo, un camión lleno de ese producto”.
Se destaca que con su gran amor y entrega esta fundación ha demostrado que “con un granito de mostaza se puede mover una montaña de dificultades y hacer que la vida de estos niños especiales pueda ser digna dentro de sus necesidades”.
Por: Antonio Heredia
**Colaboración de Leisy Torres. (fuente)