La inmunidad natural, el mejor espejo para la futura vacuna del sida
Cada vez está más claro que una futura vacuna para prevenir la infección por el VIH debe generar una enorme respuesta inmune, con anticuerpos capaces de neutralizar diversas cepas de virus, como hacen las vacunas de la gripe, la polio, la rubeola y otras enfermedades infecciosas. Un pequeño porcentaje de pacientes seropositivos puede tener en su organismo la clave para lograr imitar este mecanismo en el futuro.
“Por eso este hallazgo es importante”, explica por su parte el doctor Josep María Gatell, del Hospital Clínic de Barcelona, al que pertenecían los 364 pacientes de este ensayo. “Hasta ahora se pensaba que esto no era posible de manera natural; pero en los últimos dos años, tres grupos diferentes hemos observado que sí, que existen pacientes seropositivos que generan de manera natural anticuerpos de amplio espectro”.
Además, y aquí radica la novedad, ese fenómeno se ha observado por primera vez en pacientes que ya habían iniciado la terapia antirretroviral y que presentaban una pequeñísima carga viral, algo impensable hasta ahora.
“Para que los anticuerpos que genera el organismo contra el VIH sean eficaces, además de reconocer varias cepas diferentes, también deben identificarlas con mucho grado de afinidad”, explica Alcamí. Gran parte de esa afinidad se logra con la replicación constante del virus en las células humanas, por lo que parecía un fenómeno impensable en pacientes con poca cantidad de virus (como los que ya están en tratamiento). “Sin embargo, a pesar de esa creencia, también hemos hallado anticuerpos de amplio espectro en pacientes que llevaban mucho tiempo con la infección controlada”, resume.
Su hallazgo no equivale automáticamente a disponer de una vacuna contra el sida, aún queda trabajo por delante, coinciden Alcamí y Gatell. En los próximos años habrá que seguir trabajando con esos anticuerpos naturales y tratar de imitarlos de alguna manera en el laboratorio.