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Pastillas para ser inteligentes: el debate
Posted On 21 Nov 2011
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Nootrópicos, drogas inteligentes, estimulantes de la memoria, potenciadores cognictivos. Sea como sea que se les denomine, lo que ofrecen es elevar nuestras funciones mentales… y ¡cuán difícil es decir ‘no’ a la posibilidad de ser más brillante de lo que naturalmente se es!
La mayoría de nosotros queremos alcanzar nuestro potencial real. Quizás nos tomemos una taza de café para mantenernos despiertos y alertas, o salgamos a trotar para sentirnos más vigorosos. Así que la idea de tomarse una pastilla que nos haga más listos podría considerarse lo mismo.
Los potenciadores cognictivos ya se prescriben para tratar trastornos médicos, pero también tienen el poder de mejorar la memoria o la capacidad de concentrarse de las personas sanas.
Mucha gente las compra en internet, lo que es arriesgado, pues no saben qué están tomando realmente.
Además, aún no se sabe casi nada sobre los efectos a largo plazo que estas drogas puedan tener en el cerebro de una persona saludable, particularmente en los jóvenes.
Sin embargo, algunos científicos piensan que podrían llegar a jugar un papel beneficioso en la sociedad, si se regularan apropiadamente.
¿Se la tomaría?
Usted es un piloto de combate en una larga misión. Su vida y la de los otros pilotos depende de que usted se mantenga alerta. Hay drogas que lo ayudarían a permanecer despierto y concentrado. ¿Se las tomaría?
Susan Watts, de la BBC, habló con un estudiante sobre su experiencia con modafinil, que normalmente se prescribe para desórdenes del sueño. Laurie Pycoft cursa su segundo año de estudios en la Universidad de Oxford, donde estudia ciencias psicológicas, con interés en la neurofarmacología.
“He tomado modafinil algunas veces, particularmente porque aumenta la capacidad de mantenerse en vigilia y porque me permite permanecer concentrado durante largos períodos de tiempo. No la tomo muy a menudo, pero si quiero quedarme despierto durante 20 o 30 horas, trabajando en un ensayo, es muy útil”.
Entre tanto, en la Universidad de Cambridge, Barbara Sahakian trabaja en la unidad de ciencias del cerebro y la mente.
“Nosotros hemos hecho estudios que muestran que pueden ayudar a personas sanas pero son pruebas cortas. Tomarlas a largo plazo (como lo ha hecho Pycoft y otros estudiantes) puede ser peligroso. No se sabe pues no se han hecho pruebas y además, los cerebros en las personas jóvenes todavía se están desarrollando”, le dice a la BBC.
Con su equipo, Sahakian se ocupa de pacientes que sufren de trastornos como la enfermedad de Alzheirmer y Parkinson, en los que la cognición es severamente afectada.
Investiga si la misma droga que usa Pycoft para hacer tareas le sirve a los pacientes.
Los que pueden y los que no
El modafinil ya se usa para tratar a personas con desordenes del sueño.
Pero Sahakian no es de las que piensan que los nootrópicos deben restringirse al uso terapéutico. Opina que podrían jugar un papel más amplio en la sociedad.
Sus más recientes estudios mostraron que cirujanos que no habían podido dormir lo suficiente operaban mejor si tomaban modafinil.
“Creo que los subestimamos. Un estudio de la Academia de Ciencias Médicas de 2008 mostró que incluso con una pequeña mejora del 10% en una prueba de memoria se consigue un puntaje más alto en un examen académico y eso es una gran mejora”, dice la experta en neuropsicología clínica en conversación con la BBC.
Pero eso puede traer problemas. Ya hay preocupación de que, si las cosas continúan como van, se podría terminar con una sociedad que avanza a dos velocidades.
Graham Lawton, editor de la prestigiosa publicación New Scientist, señala que “hay gente que no sólo está dispuesta a tomar estas pastillas sino que pueden comprarlas. Son un grupo selecto de pioneros. Eso trae a la mesa una serie de cuestionamientos sociales y éticos, que van más allá de las preocupaciones por la salud”.
Lawton se refiere a las ventajas que tendrían quienes tienen acceso a esas sustancias. “Tenemos que empezar a pensar si debería permitírselas que tomaran esas drogas si van a presentar exámenes, por ejemplo… ¿no es lo mismo que el dopaje en el deporte?”.
“Como sociedad, podríamos quizás avanzar si todos tuviéramos alguna forma de potenciar la inteligencia libre de riesgos”, opina Sahakian.
No obstante, no sería sencillo: como señala la misma doctora, habría que lidiar por ejemplo con el problema de la coerción.
“En un sondeo de la revista Nature surgió un dato interesante. A la pregunta ‘¿se le debe dar estas drogas a los niños si son seguras?’, la mayoría de la gente respondió ‘no’. A la pregunta ‘¿Se las daría a sus hijos si otros en su curso las estuvieran tomando?’, la mayoría contestó ‘sí'”.
Pastillas morales
Otro de los senderos que se están explorando es el de los potenciadores morales, con científicos preguntándose si manipular hormonas podría ayudarnos a ser más amables, más considerados.
“Obviamente ya usamos ‘potenciadores’ -como gafas, ejercicio, educación-, pero hay una línea que se cruza cuando se trata de tomarse una sustancia todo el tiempo para ser un ser humano superior y diferente”
Brian Appleyard
“Uno puede imaginarse por ejemplo que se puede reducir el nivel de testosterona, que generalmente nos hace más agresivos, menos concientes de los rostros de la gente, por ende, menos interesados en entender al otro, y más arriesgados”, le explica a la BBC Anders Sandberg, de la Universidad de Oxford.
Pero ante la idea, hay quienes, como Brian Appleyard, autor de “Por qué las soluciones simples no funcionan en un mundo complejo”, se declaran confundidos.
“Sólo tenemos una vara para medir la conciencia humana, y estamos usando la palabra ‘potenciar’, asi que el resultado sería algo sobrehumano. ¿Cómo sería la conciencia humana mejorada? ¿Osama bin Laden o la madre Teresa?”.
Otros expertos como John Harris de la Universidad de Manchester señalan que es un sendero que lleva al mismo destino.
“La gente no está moralmente potenciada necesariamente porque la induzcan a hacer cosas que otros aprueban. Para mí, está moralmente potenciada en la medida en que sea más capaz de formular juicios morales, es decir, más capaz de considerar alternativas, evaluar las consecuencias de sus acciones, entender el contexto en el que actúa. La mayor parte de eso se logra mejor con potenciadores cognotivos que morales”.
Los límites
Pero Appleyard no está convencido. Quiere decir esto que, suponiendo que las pastillas pudieran ser obtenidas apropiadamente y que no representen ningún riesgo… ¿no le interesaría ser más inteligente?
“Es difícil pensar en cuál sería un límite plausible para imponerle a nuestro poder cognoctivo y si lo podemos mejorar, y al hacerlo acortar el tiempo que nos toma aprender, permitir que la educación parta de un nivel más alto, etc., entonces no sólo podría ser bueno para los individuos sino también para la sociedad”
John Harris
“Lo que me preocupa es a qué lleva. Yo no tengo ni la remota idea de qué es ‘realzar, mejorar o potenciar’ a un ser humano. Pero pienso que convencer a la gente de que pueden vivir mejor si se toman un químico es pasarse del límite. Obviamente ya usamos ‘potenciadores’ -como gafas, ejercicio, educación-, pero hay una línea que se cruza cuando se trata de tomarse una sustancia todo el tiempo para ser un ser humano superior y diferente”, le responde a Susan Watts de la BBC.
No obstante, el biólogo ético Harris apunta que “es difícil pensar en cuál sería un límite plausible para imponerle a nuestro poder cognoctivo y si lo podemos mejorar, y al hacerlo acortar el tiempo que nos toma aprender, permitir que la educación parta de un nivel más alto, etc., entonces no sólo podría ser bueno para los individuos sino también para la sociedad”.
Intentar superar nuestras limitaciones es parte de la naturaleza humana pero ¿y los riesgos?
Los reguladores necesitarán estudios a largo plazo en personas sanas para poder evaluar los riesgos y beneficios antes de considerar otorgar licencias.
Las compañías farmacéuticas no están realmente ávidas de hacer tales pruebas, pero Sahakian está llamando a que se hagan, antes de que alguien se haga daño.
La atracción de una píldora que nos haga más inteligentes no se esfumará.
Quizás a muchos por ahora no les atraiga mucho la idea, pues por ahora se trata de una sustancia que hace una diferencia de apenas un poco por ciento. Pero, si encontraran una pastilla que nos volviera 50% o 100% más inteligentes, ¿seguirían diciéndo que no?
fuente: www.elmundo.es