Dolores menstruales
Muchas mujeres sufren dolor o molestias con sus reglas. En la mayoría, el dolor o malestar no es tan serio como para interferir con sus actividades cotidianas o requerir atención especial. Sin embargo, para algunas mujeres las reglas son incapacitantes y muy problemáticas debido al dolor y a las molestias que ocasionan. Estas mujeres, con frecuencia, no acuden a su centro de enseñanza o al trabajo hasta que se recuperan, generalmente en uno o dos días.
Aunque molestas, las reglas dolorosas pocas veces son un signo de enfermedad real. Si los dolores causados por la regla son más que un malestar, deberá consultar con su médico o ginecólogo.
¿Qué ocasiona los dolores menstruales?
Los dolores se producen por contracciones de la parte muscular de la matriz durante la menstruación. Las contracciones son desencadenadas por la liberación de unas sustancias llamadas prostaglandinas que, en realidad, son unas hormonas producidas por la capa más interna de la matriz (el endometrio).
¿Cómo se pueden evitar los dolores menstruales?
Lo mejor que se puede hacer, además de convencerse de que no está enferma, es mantener un buen estado físico. Este puede alcanzarse mediante una vida saludable, con ejercicios físicos regulares, descanso apropiado y, si es posible, evitar el estrés. En ocasiones, son útiles algunos medicamentos para alivio del dolor, tales como los analgésicos o los antiinflamatorios que el médico o farmacéutico puede aconsejarle.
¿Qué puede hacer el médico?
En primer lugar, el médico puede prescribir un tratamiento que incluye los anti-inflamatorios no esteroides y los anticonceptivos orales. Los anticonceptivos orales eliminan la ovulación, por lo que se reduce la producción de prostaglandinas y por consiguiente el dolor.
Si el dolor de la regla no se alivia con los medicamentos proporcionados por el médico, parece adecuado realizar una visita al ginecólogo para investigar las posibles causas de esta dismenorrea. Como parte del estudio, el especialista practicará un reconocimiento ginecológico y puede que solicite algunas pruebas como una ecografía, e incluso, en casos especiales, una laparoscopia (técnica que consiste en una pequeña incisión debajo del ombligo a través de la cual se introduce un tubo que permite visualizar los genitales internos).
Si se descubre que la causa del dolor es una enfermedad como la enfermedad inflamatoria pélvica, la endometriosis o un fibroma o mioma, el tratamiento será el específico para ese problema.