Sosúa: Explorando la conexión dominicana – judía
Mujeres de la comunidad dominicana y judía se unieron para hablar acerca de su historia compartida, específicamente referente a Sosúa, la colonia en la República Dominicana que sirvió de hogar a los refugiados judíos llegando del Holocausto.
Historia y fotos por Sandra E. García
La luz del sol brillo a través del cuarto sobre las caras levantadas, todas de matices y edades diferentes, caras que llenan el ‘Riverdale-Yonkers Society for Ethical Culture Center’ en el Bronx para un evento especial este pasado domingo, 4 de diciembre.
En la parte de atrás del salón, un gran contenedor de aluminio lleno de mangú, el plato de plátano majado que es un alimento básico en los hogares dominicanos, fue colocado justo al otro lado del ‘challah’, el pan especial servido en las mesas de las familias judías.
En cada mirada, no importaba hacia donde se virara, el abrazo entre las dos culturas era inconfundible.
Tarde en una brillante mañana del domingo, miembros locales de la comunidad dominicana y judía se reunieron para reconocer y celebrar su vívida historia compartida como parte de la recaudación a beneficio del Centro de Desarrollo de la Mujer Dominicana en Washington Heights. El desayuno/almuerzo sirvió más que nada como foro para la audiencia judía mayor para compartir sus memorias llegando a Sosúa, el pequeño pueblo en la provincia de Puerto Plata, en la República Dominicana.
“Yo no tuve niñez; siempre me ahogo cuando hablo de ello”, dijo Ruth Kohn. “Pero cuando llegué a Sosúa me sentí libre”.
Kohn, sobreviviente del Holocausto quien voló de Berlín a Sosía, habló a la audiencia como parte de un diálogo moderado por Lilliam Pérez, Consejera y Directora Interina de Asuntos Intergubernamentales con el Fiscal General del estado de Nueva York, Eric Schneiderman. Pérez previamente había trabajado en el Proyecto Sosúa, encabezado por el entonces senador estatal Schneiderman. El Proyecto, una exhibición rodante, busca recapturar y narrar la historia de cómo las familias judías, saliendo de las persecuciones del Holocausto, fueron reclutadas como colonizadores de Sosúa. La exhibición explora lo que le esperaba a los refugiados ahí, que papel desempeñaron los gobiernos dominicanos y americanos y el Comité de Distribución en Conjunto Americano Judío, como los colonizadores trabajaron con sus vecinos, los dominicanos, para establecerse, y que clase de pueblo crearon en el Nuevo Mundo.
Además, el Proyecto Sosúa habla de una historia compartida muy conmovedora entre los dominicanos y judíos.
Según Kohn compartía su historia con la audiencia, su voz se prensaba de emoción, particularmente cuando se le preguntó de su niñez.
“Los judíos que estaban en Sosúa vinieron de un lugar donde eran considerados como la basura de la tierra”, dijo ella.
Ella señaló que había un pequeño, de ser notable, golpe de fortuna en la salida de su familia a la República Dominicana.
“Si hubiéramos salido un día después, no hubiéramos podido venir”, dijo Kohn. Hitler había cambiado el requisito de edad para aquellos que se les permitió salir del país el día que Kohn y su familia volaron.
“Cuando dejamos Alemania, tenías que tener menos de 18 años y más de 45; el próximo día, Hitler lo cambio a 14 años y más de 60”, dijo Kohn. “Tuvimos suerte”.
Según Kohn lo describe, ella fue arrebatada de la vida que conocía en Alemania a la edad de 14. Pero cuando llegó, Kohn dijo encontró personas que le dieron la bienvenida a ella y a su familia, compartiendo memorias de cómo la gente dominicana la trató con amor.
“La gente dominicana es amistosa y generosa”, dijo Kohn.
Habló acerca de sus problemas aprendiendo el idioma español, y como por un año ella no entendía nada.
“No tenía idea de que hacer en la escuela, yo no hablaba español y no nos permitían hablar alemán”, dijo Kohn.
“Pero mi reporte de notas ahora está en exhibición en el museo judío en Sosúa”, señaló ella.
Muchos en la audiencia se rieron de la memoria. No parecía poco familiar para aquellos reunidos allí, la experiencia de viajar de un país a otro, con poco conocimiento del idioma o las costumbres que se iban a encontrar allí, solo para luego encontrar que el nuevo mundo pronto iba a ser llamado hogar.
Varias subastas silenciosAS también fueron llevadas a cabo para así recaudar fondos para el centro. Luego de una interpretación del Programa “The Sosúa Dare to Dance Together”, una compañía de teatro compuesta por más de 10 estudiantes que actuaron las palabras de Trujillo, la Reina Elizabeth y Adolfo Hitler, el programa concluyó.
“Fue maravilloso. Realmente fue un encuentro cercano de personas de ambas culturas”, dijo Rosita Romero, directora ejecutiva del Centro de Desarrollo para la Mujer Dominicana. “Fue un gran evento para promover los muchos programas del centro que proveen servicios a la comunidad”.
Sin embargo, Romero sintió que la historia compartida podría servir para señalar lecciones para hoy. “Ambas culturas presentaron la hospitalidad y lo bueno en el corazón del humano. Nosotros llevamos esa fuerza humana al proceso de relacionarnos con otras personas. La gente habló acerca de cuan acogidos fueron en la República Dominicana y el amor y la dignidad allí”, dijo ella. “Nosotros esperamos ser tratados de igual manera, con dignidad, amor y respeto por la comunidad judía y todas las demás comunidades”, dijo Romero.
Fuente: Manhattan Time