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Piojos: tratamiento natural
Posted On 12 Mar 2012
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Los piojos y las liendres son una de las grandes preocupaciones de los padres una vez llega la primavera y escuchamos las primeras noticias de contagios en la escuela. Sin embargo, existen algunos trucos efectivos para combatir los parásitos sin tener que acudir a las farmacias.
La semana pasada te comentamos los mejores consejos para prevenir el contagio de piojos y liendres, pero hoy nos interesa qué hacer si nuestros hijos ya los tienen el en pelo.
El clásico remedio contra los piojos es la aplicación de vinagre blanco. Mezcla un poco de azúcar con un tazón de vinagre de vino y aplícalo sobre el cuero cabelludo con un suave masaje, intentando que la loción casera llegue a todas las raíces. Luego deberás cubrir el pelo con una gorra de látez o una bolsa de plástico durante una hora para que el preparado haga efecto. Tras el proceso, lava y enjuaga el pelo normalmente y pasa un peine fino para extraer los piojos que hayan quedado pegados a algun cabello. Gracias a las propiedades fungicidas del vinagre, los piojos son aniquilados en cuestión de poco tiempo.
La infusión de limón y eucalipto también suele funcionar. Consiste en un preparado de hierbas de eucalipto hervidas a las que se añadirá zumo de limón. deberás masajear el cuero cabelludo con este remedio y, tras media hora o tres cuartos de reposo, enjuagas el pelo y lo lavas normalmente.
Finalmente, y si los anteriores remedios parecen muy agresivos para el pelo por su acidez, existe una solución con aceite de oliva. Puedes aplicar unas cucharadas de aceite sobre la cabeza y añadir un poco de loción de lavanda antes de cubrir la cabeza durante cinco o seis horas. La operación no mata las liendres inmediatamente sino que asfixia a los piojos, por lo que deberá repetirse durante tres o cuatro días.
Para garantizar el éxito de estos remedios es aconsejable complementarlos de un corte de pelo y realizar revisiones diarias del pelo de toda la familia durante 10 días removiendo todas las liendres que sean posibles con un peine de púas juntas para no volver a sufrir una infestación.