Delgada, pero… ¿con pancita?
Según los resultados arrojados por un estudio de la Universidad de Yale, elaborado por la Dra. Elissa Epel, el estrés puede causar un abdomen abultado en las mujeres delgadas.
El estudio antes mencionado ayuda a entender por qué sucede este fenómeno, e incluso da consejos para eliminar ese molesto problema de la grasa que se acumula en el área abdominal y que igual puede afectar a personas que están en su peso o incluso por debajo de éste.
El estudio de la Universidad de Yale concluyó que las mujeres que sufren de altos niveles de estrés o de problemas psicológicos, son vulnerables a acumular grasa en el área abdominal. Un dato importante es que estas mujeres presentan altos niveles de la hormona cortisol, mejor conocida como hormona del estrés.
En situaciones normales, las células de nuestro cuerpo utilizan el 90% de la energía en las actividades metabólicas como reparación, renovación y elaboración de nuevos tejidos; sin embargo, cuando se produce una situación de alarma o estrés, el cerebro envía un mensaje para que nuestro cuerpo segregue cortisol; esta hormona hace que el organismo libere glucosa para manejar y resolver el episodio de estrés y de alarma.
Una vez que se supera la emergencia, los niveles hormonales vuelven a la normalidad, pero cuando el estrés es muy prolongado, caso que es muy común en nuestros días por el ritmo de vida que llevamos, y el nivel de cortisol se mantiene elevado por varios meses, produce daños a nuestro cuerpo. Uno muy notorio es la acumulación de grasa alrededor de los órganos. Todos estamos expuestos al estrés pero algunas personas reaccionan segregando más cortisol, los genes también juegan un papel muy importante, así como el estilo de vida y la edad también.
Síntomas de niveles elevados de cortisol:
Cambios de comportamiento e irritabilidad constante.
Falta de sentido del humor.
Sentimientos de ira y ganas de llorar.
Cansancio constante aunque no se realice ninguna actividad.
Dolores de cabeza, palpitaciones.
Hipertensión.
Falta de apetito o gula desmesurada.
Problemas digestivos.
Calambres o dolores musculares.
Disminución de las defensas.
Pérdida de la memoria.
Recomendaciones para controlar los niveles de cortisol:
Alimentación: debemos suministrar al organismo todos los nutrientes necesarios, ya que una disminución en la ingesta calórica puede aumentar los niveles de cortisol.
Incluye: alimentos como huevos, leche y cereales integrales, que son ricos en triptófano, aminoácido que estimula la producción de serotonina, hormona del
bienestar.
Elimina: el consumo de bebidas excitantes como café, cola y alcohol. También elimina edulcorantes artificiales, sobre todo el aspartame, que estimula en exceso el funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
Dormir: duerme tus ocho horas para que el organismo ponga en marcha el mecanismo de renovación y recuperación celular.
Ejercicio: practica ejercicios de relajación, meditación, yoga, etc. Técnicas que puedas poner en práctica para contrarrestar los momentos de tensión.
Pasemos ahora a algunos consejos prácticos que nos ayudarán a mejorar esa pancita:
Para disminuir la pancita necesitas practicar tanto ejercicios de fuerza como aeróbicos.
Mantén contraído tu abdomen y cuida tu postura, endereza tu espalda.
Los ejercicios aeróbicos ayudan a quemar grasa.
Los ejercicios de fuerza te ayudan a tonificar; entre más masa muscular tengas, más grasa quemarás.
Puedes apoyar estos consejos con el uso de los siguientes suplementos, que te ayudarán de manera natural a controlar el cortisol:
Vitamina C: por sus propiedades antioxidantes, controla los incrementos de cortisol.
Vitamina A: ayuda a minimizar los niveles de la hormona del estrés.
Ginseng: actúa sobre el cerebro y las glándulas suprarrenales para que detengan la producción de la hormona del estrés.
Regaliz: ayuda al buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
Así que ya sabes, a relajarte y a trabajar para mantener antes que nada una actitud positiva ante la vida. Cuídate a ti misma, ponte en movimiento, realiza ejercicio, así lograrás aumentar la producción de endorfinas, hormonas que te ayudarán a mejorar tu estado de ánimo, y de esta manera lograrás controlar tu estrés, que puede que sea el que no te deja deshacerte de esa pancita.