El dopaje es un problema social
“El dopaje no es un problema de salud. Es un problema social”. Así opina Milton Pinedo, presidente de la Federación Dominicana de Medicina del Deporte (Fedomede). Y tiene su razón.
Si bien el uso prolongado de algunas sustancias que, aunque legales, están prohibidas en el ámbito deportivo puede acarrear consecuencias nocivas para la salud, los estrictos controles antidopaje aplicados en la actualidad permiten detectar esta práctica fraudulenta.
Ahí, en el fraude, radica el verdadero problema de la administración de fármacos para potenciar el rendimiento deportivo.
“La esencia del deporte es que todos los competidores estén en igualdad de condiciones”, explica Pinedo.
El dopaje vulnera ese principio y, de no combatirse, reduciría la posibilidad de triunfo de los países o atletas de menos recursos, que no pueden acceder a costosas drogas de diseño.
En busca de éxito
El problema del dopaje tiene también una dimensión psicológica. Arelis García López, psicóloga que ha trabajado con jóvenes en academias de Grandes Ligas, dice que el uso de sustancias prohibidas revela en el atleta una falta de autoconfianza, una pobre educación en valores o un concepto equivocado del éxito.
“El éxito no necesariamente es obtener la medalla de oro -expresa la profesional de la conducta-. El que obtiene medalla de plata o de bronce, los que enfrentaron el proceso y pasaron también son ganadores porque están por encima de aquel que, por el temor, nunca lo hizo”.
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UNA DEFINICIÓN DEL CONCEPTO
El libro “El deportista en el mundo” (Editorial Dykinson, 2006) explica que el dopaje se define como la utilización de sustancias o de procedimientos que tienen como finalidad modificar artificialmente las capacidades del deportista.
“También se entiende por dopaje la utilización de productos o de procedimientos destinados a esconder el empleo de productos dopantes”, añade la publicación.
‘Atajo’ hacia el fracaso
El consumo de sustancias para mejorar el desempeño no es una práctica exclusiva del ámbito deportivo. Se trata de una tendencia generalizada.
¿Qué hace un hombre cuando siente que tiene un pobre rendimiento sexual?, toma un estimulante. ¿Y la persona que debe mantenerse despierta y alerta?, ingiere una bebida energética o una abundante dosis de café. ¿Y el aspirante que se siente nervioso previo a una entrevista de trabajo?, un tranquilizante.
“El mundo se ha ‘medicalizado’ -dice Milton Pinedo, presidente de la Federación Dominicana de Medicina del Deporte (Fedomede)-. El ser humano se ha ido acostumbrando a utilizar determinadas sustancias para aumentar su rendimiento en diferentes áreas”.
El que esta práctica resulte reprobable en el deporte se debe a que el dopaje vulnera el principio de igualdad que debe primar entre competidores.
Sin embargo, como apunta la psicóloga Arelis García López, en todos los ámbitos, no sólo en el deporte, existen personas que toman “atajos”, legales o no, con el fin de alcanzar aquello que consideran el éxito.
“Así como las sustancias son externas y tú las puedes consumir porque te han enseñado que con ellas puedes mejorar tu desempeño, también muchos profesionales incurren en otras cosas para mejorar su calidad de vida”, comenta García López.
En estos casos, como en el dopaje, el individuo no se conforma con seguir el camino establecido para llegar a la meta.
Historia
El uso de sustancias en el deporte no es nada nuevo. Según el portal de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés), los atletas de la antigua Grecia utilizaban dietas y pociones especiales para mejorar su físico.
“La estricnina, cafeína, cocaína y alcohol fueron utilizados a menudo por ciclistas y otros atletas de resistencia en el siglo XIX”, añade el portal.
“Para la década de 1920 -continúa explicando la WADA- se hizo evidente que era necesario aplicar restricciones al uso de drogas en el deporte”.
Aunque, de acuerdo con Pinedo, en los deportes profesionales hubo mucha resistencia inicial, el Comité Olímpico Internacional (COI) lideró un movimiento gracias al cual los gobiernos, comités olímpicos y las federaciones deportivas se pusieron de acuerdo para la creación, en noviembre de 1999, de la WADA, organización que promueve, coordina y regula la lucha contra el uso de sustancias en el deporte.
A raíz de esos esfuerzos, los atletas son sometidos a controles antidopaje tanto durante las competencias como fuera de ellas. La WADA, además, publica una lista anual de sustancias prohibidas en el deporte.
Pero, ¿por qué, a pesar de los controles y de las sanciones a las que se exponen, todavía hay deportistas que se arriesgan? En el caso del olimpismo, dice Pinedo, “el que gana una medalla tiene su vida asegurada desde el punto de vista de imagen y desde el punto de vista económico”.
El médico hace referencia a una encuesta realizada en el 2005 entre estudiantes norteamericanos, según la cual el 25 por ciento de los consultados dijo que estaría dispuesto a usar una sustancia prohibida, aun a riesgo de morir, si con ello podía obtener una medalla.
Aclara, no obstante, que un fármaco no asegura por sí solo un logro deportivo, si no viene acompañado de entrenamiento.
Orientación
La psicóloga Arelis García López tiene experiencia trabajando con jóvenes que aspiran a llegar al béisbol profesional de Grandes Ligas y, partiendo de esa experiencia, explica una de las formas de prevenir el dopaje: “Los terapeutas y orientadores que trabajamos con ese tipo de jóvenes tenemos que estructurarles una autoestima saludable para que ellos tengan seguridad, confianza, y entiendan que los recursos no están afuera, en una sustancia, sino dentro de ellos mismos”.
Según ella, las sanciones no bastan, como lo demuestra el hecho de que tanto deportistas jóvenes como veteranos sigan dopándose a pesar de las sanciones y el descrédito a que se exponen de ser descubiertos.
Padres
En cuanto a los jovencitos que aspiran a convertirse en profesionales del deporte, los padres tienen una importante cuota de responsabilidad a la hora de prevenir el uso de sustancias prohibidas.
Estos cuentan con herramientas eficaces y sencillas, como la comunicación, para ayudar a sus hijos a no caer en este problema. Eso, por supuesto, si los propios padres tienen un sistema de valores fuertes.
“Tú no les puedes dar a tus hijos lo que tú no tienes”, advierte la psicóloga.
Además, los padres deben evitar presionar a sus hijos, vivir sus sueños frustrados a través de sus vástagos o ver en el talento deportivo de estos un pasaporte a la riqueza.
Los atletas veteranos, afirma por último García López, también necesitan apoyo y orientación psicológica para aceptar que sus habilidades en algún momento comenzarán a menguar.
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SUSTANCIAS PROHIBIDAS PARA ESTE AÑO
La lista de prohibiciones por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) incluye los siguientes grupos de sustancias:
– Agentes anabolizantes
– Hormonas peptídicas, factores de crecimiento y sustancias afines
– Agonistas Beta-2
– Moduladores hormonales y metabólicos
– Diuréticos y otros agentes enmascarantes
– Estimulantes
– Narcóticos
– Canabinoides
– Glucocorticoesteroides
ï El alcohol está prohibido en competición en el automovilismo, el motociclismo, los deportes aéreos, el karate, la motonáutica y el tiro con arco.
ï Los betabloqueantes están prohibidos en competición en el automovilismo, el billar, los bolos, el bridge, los dardos, los deportes aéreos, el esquí, el golf, la motonáutica, los bolos, el tiro y el tiro con arco.