Ocho razones para no usar Windows 8
Microsoft ha lanzado un sistema que intenta servir tanto para los ordenadores de sobremesa y portátiles como para los tablets, unos dispositivos que desde la salida del iPad han cosechado un enorme éxito y que amenazan el mercado del PC. En su camino, la compañía estadounidense ha decidido centrarse en una interfaz renovada (llamada Metro hasta hace poco tiempo), que utiliza una serie de bloques repartidos por la pantalla y que llega a su máxima expresión cuando se cuenta con una pantalla táctil. Pero ¿será capaz este sistema de encandilar al usuario? Te ofrecemos ocho motivospor los que puede no ser conveniente apostar por este sistema.
1. Para los usuarios que centren su uso en el escritorio, la interfaz principal puede resultar molesta y redundante, ya que siempre hay que pasar por ella para acceder a la plataforma tradicional de Windows.
2. En el caso de no contar con una pantalla táctil la experiencia de uso se vuelve más pobre. Sin duda, el uso de los menús de la interfaz principal con ratón y teclado no alcanza el mismo nivel que a través de una pantalla táctil.
3. La ausencia del menú de inicio en el escritorio. Para que el usuario se acostumbre a la nueva plataforma, Microsoft decidió eliminar el botón de inicio del escritorio, el centro neurálgico del uso de las anteriores versiones de Windows. Aunque se puede recuperar el menú de inicio a través de unaaplicación de terceros, esta ausencia puede suponer un motivo más que sobrado para que los usuarios decidan no actualizarse a Windows 8.
4. La curva de aprendizaje necesaria para habituarse a la nueva interfaz. Al tratarse de una plataforma nueva, puede llevar unos cuantos días (y alguna que otra desesperación por el camino) llegar a dominar este sistema.
5. Resulta menos atractivo para el campo profesional que para el campo del consumo. La mayoría de las aplicaciones profesionales seguirán estando unidas al escritorio, y este uso se puede realizar perfectamente con la ayuda de Windows XP o Windows 7 (más estable y avanzado).
6. El acceso a algunas aplicaciones de escritorio puede resultar pesado. Al no existir un menú de inicio donde se visualizan las aplicaciones, habrá que acceder en muchos casos a través de la lista de apps de la interfaz principal (botón derecho en la pantalla y luego “todas las aplicaciones”) o mediante el anclaje de las herramientas en el panel del escritorio o en la barra de tareas. Esto supone la necesidad de dar rodeos para alcanzar aplicaciones que antes estaban a un solo click.
7. El reproductor multimedia Windows Media Center no está incluido de manera gratuita en el nuevo sistema (habrá que pagar por ello y solo desde Windows 8 Pro).
8. Por último, se ha eliminado la interfaz gráfica Windows Aero del escritorio de Windows 8, y muchos usuarios pueden echar en falta las transparencias y las opciones de esta popular interfaz.
En definitiva, estos son algunos de los motivos por los que este sistema podría fracasar.