Cómo proteger las espaldas de los más chicos del peso de las mochilas
Casi 4 de cada 10 chicos sufre dolores de espalda. Entre los adolescentes, el porcentaje aumenta. Una de las causas principales de ese malestar es el peso de sus mochilas. Cuánto y cómo se cargan, los carritos, los síntomas de atención y qué puede hacer la escuela.
Faltan muy pocos días para el comienzo de clases en varias provincias del país y las consecuencias médicas de poner un peso excesivo en la espalda de un niño no debería ser un tema menor.
Una mochila inadecuada, sobrecargada o mal colocada puede causar en los niños dolor de espalda a nivel dorsal y lumbar, de cuello, adormecimiento de las manos y marcas dejadas por los tirantes, entre otros problemas.
El doctor Esteban Busto (MN 90452) es pediatra y director del Centro Kinesiología y Medicina Integrativa (KMI) y advirtió que “ningún niño debe cargar más del 5% de su peso en la mochila. Y si usa carrito, no cargar más del 10%”.
Es decir, si el alumno pesa 25 kilos, debe llevar sólo 1,5 kilos sobre su espalda.
“Cada vez son más las contracturas y lesiones musculares producidas tanto por portafolios, aunque los cambien frecuentemente de mano, o por mochilas, que cargan de manera inadecuada. Eso favorece la adopción de posiciones que influyen negativamente en el crecimiento del niño”, detalló el médico.
Y destacó que “sobre fin de año, aumentan las consultas por la mochila que no se ve (chicos que caminan encorvados, como si llevaran un peso a sus espaldas) secuela de la mochila real que los niños han cargado durante todo el año”.
No hay que descuidar este detalle, porque las rutinas de mantener la mochila con las cosas necesarias se va relajando con el correr de los meses. “Ahora, a principio del ciclo lectivo, en cuanto se envía la agenda de materias, los papás pueden ayudar a sus chicos a ordenar las mochilas y llevar sólo lo necesario, controlando hasta que se establezca la rutina o sean mayores y lo hagan solos”, aconsejó el pediatra, quien resaltó: “Por supuesto, la tarea de los padres debe ir acompañada con una acción paralela de los establecimientos educativos. Lo ideal es que la escuela provea algunos materiales para que estos no tengan que ser transportados por los chicos diariamente desde el hogar a la escuela, u ofrecer lockers (casilleros de guardado)”.
La mochila ideal es la que tiene correas anchas y acolchadas a la altura de los hombros y una tercera tira que se sujeta a la cintura; la parte que toca con la espalda del chico debe ser acolchada también. El ancho de la mochila no debe ser mayor al total del ancho de hombros del niño.
Hay que enseñarles a los chicos a colgarla en ambos hombros, (no en uno) a la altura lumbar en el centro de la espalda. No debe llegar debajo de la cintura y tiene que permitir que los brazos se muevan con libertad. Cuando se coloca la mochila, el tronco debe estar estable, para evitar lesiones en la espalda.
Para armarla, hay que tener en cuenta que la carga debe estar repartida. Lo más pesado debe colocarse contra la espalda. Lo más liviano, más alejado del cuerpo. Y sólo debe ir lo que se va a usar en el día.
Las mochilas con carritos al parecer son una buena opción. Son el mejor elemento para transportar los elementos escolares ya que con esto se reducen bastante las lesiones musculares.
Los carros deben contar con ruedas grandes y bases amplias para que no se traben y vuelquen fácilmente. Hay que considerar también el riesgo aumentado de lesiones por accidentes, por ejemplo al cruzar la calle con el carrito, la mochila o portafolio muy cargados que dificultan su manipulación. Esta es una actividad que el niño no debe realizar solo.
Por último, el doctor Busto aconsejó no desestimar las quejas de los chicos acerca de dolores lumbares o de cuello, o si se encorvan al caminar. “Ante la duda hay que consultar, así se detectan precozmente los problemas, lo que acelera su solución”, finalizó.