Maduro es el nuevo presidente de Venezuela en medio de la controversia
La solemnidad por el funeral de Estado de Hugo Chávez fue rápidamente desplazada por la jura de su sucesor. Esta fue posible por la interpretación que el chavismo y el TSJ hicieron del polémico artículo 233. La oposición, ausente, denunció “fraude constitucional” El funeral de Hugo Chávez fue una ceremonia recta, rigurosa; similar a las ceremonias militares. De él participaron las delegaciones de 55 países y los jefes de Estado presentes -33 en total- se turnaron para realizar una guardia de honor alrededor del féretro.
El cuerpo del mandatario venezolano, que vestía su traje militar y sus medallas, fue custodiado por grupos de siete gobernantes que se iban alternando cada siete minutos. La imagen más impactante fue la guardia que realizaron el iraní Mahmoud Ahmadinejad y el bielorruso Alexander Lukashenko.
Luego de la ceremonia de poco más de dos horas de duración, y en la cual se entregó a la familia Chávez una réplica de la espada de Simón Bolívar, miles de venezolanos continuaron su paso por la Academia Militar para despedir a su líder.
Fue también en el transcurso del funeral que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió un fallo por el cual declaraba constitucional la transición del mando de Venezuela a Nicolás Maduro. La Sala Constitucional del máximo tribunal avaló así la premisa chavista de que el vicepresidente debía convertirse en mandatario y que ello no alteraba su capacidad legal para ser candidato en las elecciones que se realizarán en abril.
La oposición, nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), no estuvo presente en la juramentación y denunció la ilegalidad de la maniobra oficialista. “Es un fraude constitucional”, aseguró el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, quien rompió el silencio que mantuvo desde la muerte de Chávez.
“Pero tampoco me pidan que ante el abuso, ante la mentira, ante una circunstancia como la que estamos viendo, permanezca en silencio. Por eso rompo el silencio”, afirmó.
El siguiente paso será el preparativo para las elecciones presidenciales a las que el PSUV llegará unido, cohesionado bajo Maduro y la orden que dejó Chávez en su último discurso: votar por él.
La oposición, que para los anteriores comicios presidenciales realizó una interna abierta, deberá elegir a su candidato, siendo favorito el mismo Capriles.