Peligroso Método Anticonceptivo: Marcha atrás
La marcha atrás se basa en evitar que el esperma entre en contacto con la vagina. Lo cierto es que antes de la eyaculación se expulsa un fluido lubricante de la uretra llamado líquido pre-seminal y que puede contener espermatozoides.
“Antes de llover chispea”
Las personas que comentan utilizar la marcha atrás como anticonceptivo se encuentran frecuentemente con esta frase preventiva. ¿De qué hablan?
Ese “chispeo” es el llamado líquido pre-seminal que es una secreción lubricante producida por las glándulas de Cowper y que, por sí mismo, no contiene esperma. A pesar de eso, en estudios se ha encontrado pequeñas cantidades de espermatozoides. Aunque las cantidades sean ínfimas esto significa un riesgo bajo de embarazo, pero no nulo.
El número de espermatozoides posiblemente presentes aumenta considerablemente si se trata de la segunda eyaculación seguida.
Tan eficaz como el preservativo pero con matices
En los estudios sobre eficacia de métodos anticonceptivos se diferencia entre la eficacia en uso perfecto y la eficacia en uso normal. Por ejemplo, el preservativo en su uso perfecto protege del embarazo en un 98% pero su uso normal, que implica riesgo de rotura, desplazamiento etc. es de un 83%
En cuanto a la marcha atrás su eficacia en uso perfecto es de un 96% y en uso normal es 82%. Como se ve es muy cercana a la del preservativo y esto puede ser sorprendente para muchas personas ya que se suele decir que no es apenas eficaz.
Ahora sí, la diferencia radica en que los errores cometidos en el uso del preservativo son fácilmente detectables y se puede actuar en consecuencia si se desea utilizando anticonceptivos de emergencia. Por su parte, la marcha atrás tiene factores de riesgo que no podemos controlar como el número de espermatozoides en líquido preseminal y, por tanto, nos enteraríamos del fallo una vez ya se ha producido el embarazo.
¿Por qué no se recomienda la marcha atrás?
Aunque estudios demuestran que la marcha atrás bien utilizada es muy eficaz, los especialistas no recomiendan elegir este método frente a otros anticonceptivos.
Lo cierto es, como hemos dicho, los factores de riesgo son más complicados de controlar. Es mucho más sencillo utilizar un preservativo o un anticonceptivo hormonal que ofrecen más seguridad.
Además hay razones de tipo psicológico para no utilizar la marcha atrás frecuentemente: Estar pendiente del momento de la eyaculación hace que se tome un papel de espectador en las relaciones sexuales, vigilando cada respuesta o posible cambio para evitar eyacular dentro de la vagina se pierde concentración y atención en el estímulo erótico y esto reduce el placer, la espontaneidad y hace del reflejo un acto consciente, pudiendo dificultar la erección y el orgasmo.
La mujer por su parte es completamente dependiente del control de su pareja, lo que puede crearla cierta preocupación y limitar su placer además de la ansiedad si hay algún retraso en la menstruación puesto que el método no es totalmente confiable y no se puede saber si ha funcionado o no hasta que no se descarta el embarazo.