Lo que Disney nos enseñó sobre el amor, ¿cómo condicionó nuestras relaciones?
Desde el príncipe azul inalcanzable, hasta historias de amor con final feliz, muchos son los estereotipos que nos han legado las películas de Disney. ¿Cómo condicionaron nuestras relaciones de pareja?
Nos creímos la historia del príncipe azul que llega en blanco corcel a rescatarnos, y ahora vivimos (in)felizmente casadas con el sapo. Soñábamos con un Peter Pan que nunca envejeciera, y en cambio tenemos al lado a un canoso que está perdiendo el cabello. ¿Qué fue lo que subliminalmente nos enseñaron las películas de Disney sobre el amor y las relaciones?
El amor a primera vista es el verdadero
¿Notaste que todas las parejas de Disney se enamoraron en el primer encuentro? Cenicienta, La Sirenita, Pocahontas… y la lista es larga. Crecimos con la idea de que el amor era un flechazo de Cupido, un fogonazo, y aceptamos (ya de maduritas) que no siempre es así, que también se cultiva con el tiempo.
El amor sí tiene edad
Eso de que “nunca es tarde para enamorarse”, sin duda no lo aprendimos de Disney. En sus clásicas películas, todas son doncellas de menos de 20, sin el menor rastro de arrugas en el rostro. Yo, con mis 28 años, soy una solterona para los estándares del mundo de Walt.
Las princesas son más afortunadas en el amor
Jazmín, Ariel, Aurora, Blancanieves y Pocahontas pertenecían a las más altas esferas en sus sociedades imaginarias. Y no se casaban con cualquiera, sino con alguien de su misma o mejor clase. Estoy segura de que llevamos impreso dentro nuestro el deseo secreto de pertenecer a la realeza. ¡Como si fuese tan sencillo y poco problemático!
A las delgadas les va mejor
No hay heroína de Disney que cargue con algunos kilos de más. Todas son dueñas de cuerpos armoniosamente perfectos. Tienen el cabello abundante y largo (la moda del corte bob no les llegó), curvas y rostros divinos. Además, la mayoría tiene el don de una voz celestial que cautiva a sus enamorados.
“La más bella consigue al príncipe”
La Dra. Sara Zusman de Arbiser, médica psicoanalista, especialista en niños y adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina, considera que nos metieron esa idea en la mente. “El ideal de la mujer, según Disney, debe ser conseguir al príncipe y ser la más linda del reino”, afirma la especialista a Yahoo! Mujer
Lo superficial importa a la hora de buscar pareja
“Algunas películas de Disney estimulan valores superficiales. Resaltan la riqueza y la apariencia exterior como factores de atracción relevantes”, agrega Arbiser.
El pie de Cenicienta, más que un detalle romántico
“¿Por qué se les sigue contando a las niñas el cuento de Cenicienta?”, se pregunta Arbiser. De acuerdo con la especialista, esta historia que parece tan inocente, oculta varios mensajes contra las mujeres. En primer lugar: ¿qué nos dice el hecho de que tenía el pie tan pequeño que solo a ella le calzaba el zapatito de cristal?
Un símbolo de sumisión
Arbiser explica que la primera versión de Cenicienta proviene de China, donde se les vendaban los pies a las mujeres. Como los huesos se fracturaban bajo la presión, no podían caminar ni trabajar, ni valerse por sí mismas. Los hombres eran sus proveedores. “El significado más profundo de esta práctica era impedir que las mujeres pudieran moverse libremente”, indica la especialista. ¿Qué impacto tuvo este relato en nuestra psicología?
Los pies, factor de atracción
“La idea de la elegancia del pie pequeño existió durante mucho tiempo. Las mujeres, aún las del siglo XXI, siempre usaron zapatos incómodos: muy chicos, con hormas muy angostas y en punta, con tacones muy altos y finitos, o con plataformas inmensas”, detalla Arbiser. Al parecer, la herencia de Cenicienta era más pesada de lo que creíamos.
La mujer y el hombre, asimétricos
Las heroínas y los héroes de Disney nunca están en pie de igualdad, sino todo lo contrario. En general, ellos son siempre los que nos rescatan, quienes llegan justo a tiempo para salvarnos y proponernos una vida mejor. La Cenicienta se dedica a las tareas domésticas; Aurora, limpia y duerme; Ariel es una soñadora que retoza todo el día. ¿Trabajar? ¿Qué es eso?
Bella, la primera rebelde
Bella nos reivindica. Es inteligente (¡lee!), independiente, aventurera y no se deja seducir por el macho alfa del pueblo, Gastón. Aparte, nos da otra gran lección: el amor no pasa solamente por las apariencias. La Bestia es el primer príncipe feo de Disney que, aparte, necesita de ella para salvarse.
Jazmín y Pocahontas, otras revolucionarias
Ambas luchan para mantener sus relaciones. Jazmín es una princesa que se enamora de la peor escoria: un ladrón. Pocahontas se vincula con el enemigo de su tribu. De todos los mensajes de Disney, éste es uno de los que más rescato: hay que desoír los prejuicios sociales y escuchar a nuestro corazón cuando nos enamoramos.
¿Las relaciones inmaduras son más felices?
Peter Pan nos postula un mundo perfecto, donde los niños nunca crecen y la inmadurez es una virtud. La sociedad se encarga de expresarnos todo el tiempo que no hay nada peor que envejecer y Disney no hace más que reforzar este karma. ¿Pero qué hay de la ilusión de envejecer junto a alguien? No quiero ser una pareja eternamente joven y libre de responsabilidades como Wendy y Peter Pan.
Y comieron perdices…
“Las películas de Disney siempre tienen final feliz. En verdad, nunca te cuentan cómo les fue después a esas parejas”, opina Arbiser. No me parece mal que Disney nos invite a fantasear con una vida feliz. Todas las personas buscamos la felicidad y soñamos con ella. En general, no creo que las películas de princesas sean las culpables de arruinarnos la vida, aunque sí sostengo que es tiempo de nuevas historias, que reflejen mejor la realidad de nuestro género. A ti, ¿qué enseñanza te dejaron las historias de Disney?