Al Pacino confiesa que una profesora de octavo y Marlon Brando marcaron su carrera
¿Qué llevó a Al Pacino a iniciar una carrera en el mundo de la interpretación? ¿Quién despertó el gustanillo en el neoyorquino, que acabaría convirtiéndose en uno de los mejores actores de todos los tiempos? La respuesta es tan llamativa como poco habitual: una profesora del colegio; en concreto, una docente que se preocupó de forma habitual por guiar los pasos del joven Alfredo James (su nombre real), cuando, a comienzos de los años 50, tenía 13 años.
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«Dudo que siga por aquí, pero si está, es la principal responsable», confesó Pacino sobre su profesora, de la que reveló que se llamaba Blanche y acabó siendo una de las personas cruciales en su carrera, durante una entrevista en la radio estadounidense Sirius XM, recogida por Entertainment Weekly. «Hacíamos obras de teatro y me ponía a representar la Biblia, y yo sobreactuaba un poco, lo cual se traspasó a mis interpretaciones», añadió, arrancando las risas del público.
«Ella vio algo», relató, intentando explicar el porqué de ese interés que puso en él. «Subía los cinco pisos de mi casa y tomaba café con mi abuela, en la cocina. Mi familia no entendía lo que era ser actor». Él, por su parte, lo supo poco después, cuando entró en contacto con el pujante mundillo cultural de Nueva York en los 60. «Descubrí que tenía una forma de expresarme. Era parte de un mundo. Cuando descubrí esto, supe que era lo que iba a hacer durante el resto de mi vida».
El ejemplo de Brando
Al margen de Blanche, Pacino respondió al instante, sin pestañear, a la pregunta de qué actor le empujó a perseguir una carrera en el cine: «Lainspiración para mí, tengo que decirlo, fue Marlon Brando. No hay duda», afirmó. «James Dean, Montgomery Clift y Marlon Brando eran los actores de nuestra época (Pacino debutó en la televisión en 1968, en «N.Y.P.D.», y en el cine un año después, en «Yo, Natalie»).
Su fascinación por Brando, tal vez el actor más grande de la historia, la expresa como sigue: «Le vi en una película de Julio César (se refiere a «Julio César», de Joseph L. Mankiewicz, 1953), haciendo de Marco Antonio. Y me dedica a imitarle, lo cual no fue una buena idea», bromeó.