La Tumba de Jesús
Los cuatro evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia Cristiana, narran la muerte de Jesús, un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Sin embargo, la misma biblia muestra a la luz de los textos sagrados la resurrección del Hijo de Dios, un milagro improbable para la ciencia y perfectamente creíble para los cristianos. Como prueba física de estos hechos en Jerusalén se conserva, la tumba de Jesús.
Existen muchas teorías sobre cuál fue el sepulcro del Mesías y donde está. Para los escépticos Jesús fue un personaje popular de Israel que obtuvo alto protagonismo, pero para los seguidores de la fe cristiana, Jesús, es el hijo de Dios enviado a la tierra para redención de los pecados. Su muerte se produjo hacia el año 30 por orden del procurador romano Poncio Pilatos y fue luego sepultado en una tumba prestada por José de Arimatea. Esta tumba que de acuerdo con los cristianos se halla en la Antigua Ciudad de Jerusalén está escondida entre infinidad de mercados y dentro de un templo custodiado por 5 distintos grupos religiosos.
Para la comunidad cristiana, ese lugar es tierra santa, el ombligo del mundo, como se conoce. Aunque muchos estudios arqueológicos sugieren que existen otros lugares con suficientes pruebas que demuestran contener los restos de Jesús y su supuesta familia, el templo que aloja la tumba es la sede de peregrinaje de personas que llegan de diversos puntos del globo.
La Iglesia del Santo Sepulcro es un santuario compartido por frailes franciscanos católico romanos, griegos ortodoxos, armenios ortodoxos, copto ortodoxos y sirios ortodoxos. Todas estas congregaciones tienen la base de su fe en la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús. En el interior de la iglesia, se halla un altar y una puerta que conduce hacia la cripta que se cree fue el sepulcro del Maestro y donde también ocurrió el milagro de la resurrección.
Según las experiencias de quienes han visitado el santo Sepulcro, llegar allí y mirar al paisaje de las suntuosas edificaciones de Jerusalén confunden la mente al contrastar el lugar con las descripciones bíblicas de la colina del Gólgota y la zona de la sepultura.
Al parecer la iglesia se construyó durante la época romana, tras haberse oficializado el cristianismo como la religión del imperio por el emperador Teodosio el Grande. Si aquel lugar es o no, la auténtica tumba es un hecho secundario. La fe cristiana sostiene pese a las hipótesis científicas, la veracidad de la resurrección y el sitio exacto donde fuese, importa realmente poco. Lo cierto es que en la Iglesia del Santo Sepulcro conviven cinco denominaciones religiosas, algo que no es común en ninguna parte del mundo y ello tiene lógicamente un alto valor para el cristianismo, lo mismo que el sepulcro que simboliza el milagro de la resurrección y señal del pacto de salvación de Jesús hacia su pueblo.
Sin embargo, de acuerdo con diversas investigaciones, hay otros lugares que se atribuyen como la verdadera tumba de Jesús. Por ejemplo una excavación realizada en 1980 en Talpiot, Jerusalén es una sepultura en la que se encontraron diez osamentas con inscripciones que parecen increíblemente similares a los nombres judíos de Jesús y sus padres terrenales. Pero este descubrimiento pese al revuelo en el mundo científico no tuvo impacto significativo en la comunidad cristiana, que fiel a lo que la Biblia enseña, no hay ningún esqueleto que se corresponda con el de Jesús, porque Dios lo levanto de los muertos.