5 tips efectivos para afrontar la fatiga mental
¿Quién no ha sufrido en alguna ocasión de fatiga mental? Es esa presión en las sienes donde se concentran mil preocupaciones, mil asuntos que resolver y una ansiedad que acelera nuestro corazón.
Es esa maldición cotidiana de la que nos cuesta tanto despegarnos, liberarnos… ¿Qué podemos hacer? Lo primero es ser conscientes de ella. Entender que no podemos seguir viviendo con esa fatiga mental a modo de “nubarrón” sobre nuestra cabeza; que no es saludable. Es por ello que hoy queremos ofrecerte cinco sencillos consejos que te serán de gran ayuda. ¿Tomamos nota? ¡Excelente!
1. Sencillos ejercicios de acuprensión
Ya te hemos hablado de la eficacia de la acuprensión anteriormente en nuestro espacio. Como, por ejemplo, para aliviar el dolor de cabeza. Pero ¿es realmente útil? Desde luego. Te explicamos cómo debes hacerlo para aliviar esa fatiga mental en ese momento en que te veas muy sobrecargada o muy agobiada:
- Fíjate en la imagen superior. Es lo que haremos, no tienes más que utilizar tus dedos índice y pulgar y oprimir con fuerza esa parte de la mano. Por aquí discurren terminales nerviosos que, al ser estimulados, ofrecen descanso. Es muy fácil y útil.
- Existe otro punto “mágico” muy adecuado para obtener alivio y relajación. Es el situado en el inicio del puente de la nariz, justo en el huequecito que queda entre los ojos. ¿Lo tienes ya situado? Muy bien, ahora con el dedo índice y pulgar, efectúa un pequeño masaje. 30 segundos. Verás qué descanso.
2. Detén el tiempo y, simplemente, respira
Acabas de llegar del trabajo y aún estás pensando en lo que debes preparar para mañana. En tu mente siguen ancladas las preocupaciones, los errores, las conversaciones de esa jornada. Llegas a casa y tienes más trabajo que cumplir: los niños, la compra, la cena… ¿Cómo aliviar la fatiga mental?
- Sé consciente de una cosa: necesitas tiempo para ti, al menos dos horas al día para ser tú misma. Para disponer de tu espacio personal. No es un capricho, en absoluto. Se trata de una necesidad básica, de higiene mental, así que “detén el tiempo” y ese rumor cotidiano que a veces te arrastra.
- Busca un lugar tranquilo, relajado. Ahí donde te encuentres bien.
- Ahora, deja tu mente en blanco y toma aire profundamente. Después exhala poco a poco. Repite este proceso cinco veces procurando, eso sí, no pensar en nada.
- Después de este sencillo ejercicio de relajación, haz algo gratificante para ti. Pasea, lee, date un baño.
3. Refúgiate en tu “palacio personal de pensamientos”
Pongamos por caso que estás en el trabajo. En tu oficina, tu despacho, o en tu centro habitual donde acudes cada día a trabajar y donde sueles sufrir mucha presión. ¿Cómo podemos, en un momento dado, aliviar la fatiga mental de modo efectivo?
- Necesitas solo 5 minutos. Acude a un lugar tranquilo, o quédate incluso en tu mesa de trabajo si te es posible.
- Dirige la mirada hacia la ventana o un punto de calma. Nunca la pantalla del ordenador.
- Ahora toma aire y respira con tranquilidad.
- ¿Y qué hacemos ahora? Visualizar. Imagina algo que te sea agradable,ese lugar al que te gustaría ir de viaje, por ejemplo. Piensa en esa playa en la que sueles pasear con tranquilidad. Imagina el viento húmedo acariciándote, la calidez de la arena. Viaja a ese “palacio personal” donde todo está en calma y no hay presiones. Relájate allí, “desconectando” un poco de todas esas presiones.
4. Infusión de rosas, tila y melisa
La infusión de rosas, tila y melisa es la más adecuada para tratar estados de estrés moderados y de ansiedad. Es sabrosa, ligera y muy relajante. Ideal para suavizar nuestra fatiga mental.
No necesitas más que 10 gramos de hojas de rosa, 10 gramos de melisa y 5 de tila. Añádelos a un vaso de agua (250 ml) y permite que llegue a ebullición. Una vez haya reposado, añade un poquito de miel.
Bebe la infusión con calma en un espacio relajado, sola, tranquila. Disfrutando de ese momento sin pensar en nada. Regálate 20 minutos de descanso.
5. Los beneficios de salir a andar
Pocas cosas resultan tan relajantes y liberadoras, como salir a andar. Solo necesitas media hora. Ponte unas buenas zapatillas, si lo deseas ponle la cadena a tu perro y empezad a caminar. Siempre a paso rápido, permite que tu circulación haga trabajar a tu corazón.
De este modo, no sólo oxigenas tu cuerpo. También liberas tu mente y relativizas muchas cosas. Bajamos la presión, reducimos las preocupaciones y vemos las cosas con otro enfoque, desde una perspectiva mucho más relajada.
Deja que el viento alborote tu cabello y refresque tu mente. La fatiga mental irá perdiendo intensidad y tú encontrarás alivio. Tal vez sea el momento también de empezar a pensar en si debemos hacer algún cambio en nuestras vidas. A establecer prioridades y a pensar un poco más en nosotras mismas.
Mereces ser feliz y dejar caer un poco todas esas cargas que cansan nuestra mente. ¿Empezamos hoy mismo?