Día del Periodista: Retos del Siglo XXI
El periodismo es una de las áreas más influyentes de la vida cotidiana del mundo entero. No por nada es considerado el cuarto poder social y por supuesto quienes lo ejercen deben ser profesionales fuera de lo convencional, aunque ello no significa, necesariamente, que sean superiores.
El periodista, sabe que su profesión le exige unos estándares que lo convierten de alguna manera en “un sabelotodo”, pues ¿Qué área de estudio no ha sido puesta bajo la lupa crítica de un periodista investigador? Aun sin título de medicina, política, teología, informática, educación o feng shui; el periodista navega por estas aguas como por las suyas. Tal parece que su profesión consista en hacerse experto en otras cosas a veces no relacionadas con su oficio.
En ocasión de la conmemoración del Día del Periodista este 5 de abril, en honor al primer periódico dominicano publicado en 1821 “El Telégrafo Constitucional”; destaquemos algunas pinceladas en el lienzo social sobre el papel del profesional de la comunicación y sus retos en esta nueva era que la tecnología multimedia ha desarrollado. Empezaremos con trazos deformes de lo que se ha permitido concebir como periodismo, bajo la licencia del empirismo.
En nuestro país el periodismo ha enfrentado obstáculos múltiples, durante la era del trujillismo, los escasos medios de comunicación no eran objetivos sino que estaban viciados del poder de la tiranía. Lógicamente esto pasa en los países en que sus regímenes políticos son totalitarios, lo que permite comprender que la situación política define de alguna manera la tendencia periodística de la mayoría de sus medios de comunicación, oficiales o no.
En este caso en particular, el periodismo experimentó un proceso de evolución a partir de la década de los 70’s cuando la dictadura había desaparecido y la crisis que le siguió se había amainado. Estos cambios formaron parte de lo que Alvin Toffler denominó la “Segunda Ola” y posteriormente la “Tercera Ola” cuando los medios de comunicación, fueron increíblemente, desmasificados con la apertura de los contenidos.
Dado a que la República Dominicana fue de los primeros países en tener servicio de televisión en Latinoamérica, eso colocaba igualmente a los periodistas en una posición importante. Su papel elemental era el del periodista convencional, recolectar información, darle el debido tratamiento y difundirla. Sin embargo actualmente el siglo XXI le ha dado la bienvenida a una etapa en el periodismo que ha obligado a los profesionales a modificar sus prácticas.
El periodista de hoy tiene retos que enfrentar y una formación académica permanente que le permitan estar a la altura de las nuevas obligaciones que su oficio conlleva. Hay un cambio elemental en este sentido y tiene nombre, la multimedia. Mientras hace apenas unas décadas, el periodismo se concentraba de acuerdo a los medios es decir, radio, prensa y televisión; hoy hablamos de una conjunción de todos estos dentro de un nuevo medio con vida propia, la Internet.
No se trata únicamente de sitios webs informativos que pueden ser administrados por cualquier persona con conocimiento básico de informática, sino también de redes sociales plagadas de millones de individuos interesados en hacer “periodismo ciudadano”. Este concepto se refiere a aquellas personas que emplean sus dispositivos electrónicos como teléfonos celulares y tabletas para capturar los acontecimientos inmediatos y difundirlos a través de las redes; hasta hay quienes son “comentaristas” de diversas situaciones de prominencia.
De cara a esta nueva modalidad, el periodista se encuentra con muchas competencias a su alrededor y debe hacerle frente a las mismas implementando los fundamentos del periodismo a los que tanto se apega el periodista español Ignacio Ramonet, ello conjugado con las exigencias del nuevo medio. No obstante la práctica empírica del periodismo no es exclusiva de la Internet, sino que también está presente en los medios tradicionales como la prensa, la radio y la televisión.
Por esta razón hoy día nos encontramos con medios repletos de producciones carentes de principios periodísticos y que violan incluso los estatutos de prensa que establece la Constitución. Para los periodistas que intentan prevalecer, predicar con el ejemplo no parece ser la solución a la invasión de comunicadores que afecta los medios de comunicación nacionales.
No obstante, hay un factor importante sobre el periodista y es su papel de formador de opinión y fomento del ejercicio de la democracia. Un periodismo con estos principios hace frente a un gobierno corrupto, a un régimen autoritario y contribuye a formar conciencia social y política. Y es este perfil el que debe definir a los periodistas apegados a los principios elementales de su profesión.
En términos generales, el periodista del siglo XXI debe estar preparado para ejercer su oficio con la necesaria y constante capacitación para mantenerse circulando en las cada vez más cambiantes tendencias de comunicación de nuestra “aldea global”. Como por supuesto, la información, sigue siendo una mercancía muy demandada, es tarea del periodista, hacer que su oferta tenga la calidad intachable que le permita permanecer en el mercado. Parece una visión capitalista, pero en efecto la comunicación es un negocio.
A razón de celebrarse este día, es una motivación para todos los profesionales de la comunicación colocarse a la vanguardia de las exigencias de estos tiempos. Pero también reconsiderar los fundamentos del periodismo, pues no se trata solo del negocio redondo de la información sino también de mantener intocable su poder social.