Los sentimientos de celos son normales en una relación. Pero es nuestra forma de responder ante ellos lo que cuenta. Si tu pareja emplea la ira y los celos para impedirte hablar con otras personas o pasar tiempo con ellas NO es amor, es control.
Los Celos: cuando son normales
- Sentir celos -por ejemplo si tu novi@ parece que siempre está pasando ratos fantásticos con otra chic@, intenta decirle cómo te sientes:
Sé que realmente te cae súper bien esa chica (o ese chico) pero a veces me pregunto si es que realmente deseas pasar más tiempo con él/ella que conmigo.
- Estar tranquil@, y si no lo estás, hazle saber cómo te sientes.
- Aceptar que tu pareja puede elegir a sus propi@s amig@s y hablar con quien quiera.
Los Celos: cruzando el límite
- Exigir atención todo el tiempo.
- Querer saber dónde y con quién está la otra persona CONSTANTEMENTE.
- Entrar en cólera y asustarle.
- Controlar su vida social.
- Hacerle sentir mal por querer ver a su familia o amigos.
- Mandar mensajes todo el tiempo para ver qué está haciendo
- Acusar constantemente de que está coqueteando.
- Hacerle renunciar a su trabajo, estudios o aficiones.
- Decirle lo que puede y no puede hablar.
- Lastimarle porque te hizo ponerte celos@.
- Espiar su móvil, redes sociales y agenda.
Este comportamiento es una señal de control, no de amor. Nadie tiene el derecho de controlar con quién hablas o con qué amigos estás. Tu vida social no debe verse comprometida por los celos de tu pareja.
Si alguien es abusivo puede verse amenazado por cualquier señal que demuestre que eres una persona independiente. Piensan que les perteneces y les encanta la sensación de control y poder que les da el creer que te tienen dominad@. Se centran en ellos mismos y exigen que renuncies a tu vida. O utilizan sus celos como una excusa para poder culparte y dañarte. E incluso si tienen una “buena” razón para enfadarse o ponerse celosos no tienen reparo en hacer daño.
Si tú has tenido que dejar todo eso sólo para que tu pareja esté feliz, no es justo. Eso es control, no amor.
El amor es más grande que tú. Puedes invitar al amor, pero no puedes dictar cuándo, cómo y dónde el amor debe expresarse. Puedes optar por rendirte a él, o no, pero al fin y al cabo el amor acaba golpeando, impredecible e irrefutable, como si de un rayo se tratara. Puedes incluso acabar encontrándote amando a gente que no te gusta en absoluto. El amor no viene con condiciones, estipulaciones, suplementos o códigos. Como el sol, el amor irradia independientemente de nuestros miedos y deseos.
Al amor le importas porque sabe que todos estamos interconectados. El amor es inherentemente compasivo y empático. El amor cree que “el otro” es también un@ mism@. Esta es la verdadera naturaleza del amor y como tal no puede ser manipulado o restringido.
El amor honra la soberanía de cada alma. El amor es su propia ley.