1. Ser egocéntrico: Hablar solo de ti, no poner atención a lo que otros tienen que decir. El síndrome de “Yo ya lo hice todo” y “Soy el único en el mundo”.
2. Ser grosero e irrespetuoso: Hablar mal de otros y usar adjetivos descalificadores para referirse a los demás.
3. Creerte un juez: Calificar de “bueno” o “malo”, “bonito” o “feo” lo que los demás hacen o cómo se ven, de acuerdo a tus estándares y conveniencia.
4. Ser inseguro: Te centras en lo que no tienes y no aprovechas o muestras los talentos que te hacen único.
5. Ser cerrado: Lo único válido son tus pensamientos y tu forma de ver la vida; invalidas o minimizas otras creencias o formas de expresión.
6. Ser controlador: Piensas que si no lo haces tú, “no está bien hecho”.
7. No eres recíproco: Solicitas ayuda, asistencia, que te escuchen, pero no ofreces lo mismo de vuelta.
8. Te culpas o quejas todo el tiempo: Por supuesto que tus amigos y personas cercanas te escucharán en aquellos días malos, pero si siempre estás quejándote o culpándote, acabarán por alejarse de ti.
9. No te cuidas: Aunque la apariencia física no es lo más importante, tampoco el descuido personal es atractivo ni para ti mismo ni para los demás.
10. Eres deshonesto: ¿Hay algo que explicar aquí?