El niño, de padres nicaragüenses, que “prefirió” entregar su vida a la de unirse a una pandilla y asesinar a un conductor de bus es velado en su vivienda en el barrio San Antonio, en la zona 6.
El sábado falleció en el Hospital General San Juan de Dios luego de pasar 15 días en el área de cuidados intermedios.
Hoy por la tarde partirán a Managua, Nicaragua para enterrarlo mañana.
El 18 de junio a las 12:40 horas los vecinos del asentamiento Jesús de la Buena Esperanza, que está debajo del puente Belice, en la zona 6, se sorprendieron al localizarlo golpeado.
Pandilleros lo habían lanzado por “negarse” a cometer un crimen. Cuando los socorristas lo auxiliaron escucharon sus palabras: “Querían que matara a un piloto y me tiraron del puente”.
En redes sociales se ha difundido una fotografía cuando su padre, el chofer de bus urbano, Juan Luis Escalante, llegó y lo abrazó cuando estaban por llegar los socorristas.
Su mamá Claribel Pérez agradeció la ayuda de cientos de personas.