Los Hechos detrás del Golpe de Estado a Juan Bosch
La historia política de nuestro país es accidentada, revela en sí misma la inestabilidad y crisis que le ha caracterizado desde los inicios de la república. Después de la dictadura trujillista, podría decirse que la nación entró en un proceso de re adaptación a la democracia, o bien de adopción de democracia; y un hecho muy notable de aquel tiempo fue el golpe de estado al gobierno del profesor Juan Bosch en 1963.
Fue el 25 de septiembre, cuando Bosch quien había ocupado la presidencia por poquito menos de siete meses, fue destituido de su cargo de presidente y reemplazado por un triunvirato. Ese episodio de la historia que a menudo se pierde entre las páginas de los incompletos libros de texto escolares, es uno de los momentos más neurálgicos de la política nacional.
Si usted sale y pregunta hoy por las calles a unos cuantos ciudadanos ¿Qué provocó el golpe de estado a Juan Bosch?, no se sorprenda pues probablemente nadie dé con la respuesta correcta. Como en el rumor popular que se volvió historia, habrá gente que dirá, “lo acusaron de comunista”, “porque gobernaba bien”, “porque no sabía lo que hacía” o con mucha sinceridad dirá “yo que sé”.
Y ¿quién sabe por qué tumbaron a Juan Bosch? Sus ideales y su forma integral, democrática y “novedosa” de gobernar; su plan de gobierno orientado en beneficio de las masas “pobres” le granjearon el mote de “comunista” y el descontento del empresariado cuyos intereses se vieron amenazados.
En el derrocamiento del gobierno entraron en juego, la presión de los grupos políticos emergentes tras la dictadura, el conservadurismo de la Iglesia Católica y la presión estadounidense que intentaba manipular los gobiernos del Caribe a través de sus propios cuerpos militares. Y todo ello conformaba un complejo enrevesado de motivos para destituir al único gobierno plenamente democrático que el país había experimentado desde sus inicios.
El golpe de Estado al gobierno de Juan Bosch, produjo una hecatombe política que trajo consigo a su vez, una segunda intervención militar de Estados Unidos y una posterior guerra civil en 1965. Todo ello, en respuesta a lo que paradójicamente representaba un cambio de norte en el gobierno de la nación.
A Bosch lo tumbaron los “gringos” en su afán por controlarlo todo, lo tumbaron los ricos del país por miedo a que el temido comunismo le arrebatara sus latifundios, lo tumbaron los militares que aspiraban a dirigir los hilos del país, a Bosch lo derrocó la misma ignorancia que llevó a Santana a arrendarle a España la recién nacida República por una garantía económica o un protectorado. El miedo al cambio, el rechazo al futuro, la incertidumbre, la incapacidad de asumir la democracia y la independencia política eso tumbó a Bosch.
Hoy recordamos como un suceso remoto, el derrocamiento de Bosch y nos preguntamos ¿Qué habría sido del país si el profesor Juan Bosch hubiera llevado a cabo su plan de gobierno? ¿Cómo habría sido la historia política nacional si una de las mentes más brillantes en la política latinoamericana hubiera plasmado su visión en el desastre que éramos como país en ese momento? Y sin tener una respuesta a estas interrogantes porque el “hubiera” no existe, solo nos cuesta lamentar que así haya sido y que los fundamentos políticos de los líderes nunca se hayan ejecutado a plenitud, ni Bosch ni Peña Gómez estarían satisfechos con lo que sucede hoy con los dos partidos mayoritarios, que vaya coincidencia fueron ambos fundados por Bosch.