10 Beneficios de un abrazo para nuestra salud
Todos en algún momento de nuestra vida sentimos la necesidad de dar y recibir un abrazo para sentirnos bien con nosotros mismos, sentir apoyo, felicidad y amor. Sin embargo se ha demostrado que los beneficios de los abrazos van más allá de las emociones e influyen directamente en nuestra salud sin importar la edad en que nos encontremos.
Un estudio hecho por científicos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, llegó a la conclusión de que las personas necesitamos recibir abrazos y caricias desde que nacemos. El contacto físico juega un papel muy importante en el desarrollo de las neuronas y para que estas no mueran, es importante estimularlas desde que empezamos a vivir.
Aunque no se ha descubierto una cifra exacta de los abrazos que necesitamos para nuestra salud, los diferentes estudios han determinado que gracias a ellos podemos reducir y prevenir algunas enfermedades tanto físicas como emocionales.
Cuando abrazamos liberamos el estrés, la ansiedad, la depresión y creamos una especie de confianza en nosotros mismos. Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte afirma que cuando abrazamos a otras personas, la oxitocina, o más conocida como hormona del amor, incrementa y mejora la salud de nuestro organismo.
¿Cómo nos beneficia directamente la abrazoterapia?
Como hemos dicho anteriormente, los abrazos benefician directamente nuestra salud física y emocional. Hoy te vamos a contar muchos de los beneficios que tiene para tu vida el abrazar a una persona, independientemente del laso de cariño que los una; por lo general disfrutamos mucho de los abrazos que nos damos con las personas que queremos, pero también son muy efectivos cuando lo hacemos con personas diferentes.
Teniendo claro esto, mira todos los beneficios de la abrazoterapia:
Reduce el estrés y la ansiedad
Los abrazos y el contacto físico en general, reducen la producción de una hormona llamada cortisol, la cual favorece el estrés. Al reducir esto se aumenta la cantidad de serotonina y dopamina, las cuales de inmediato le darán sensaciones de bienestar y tranquilidad.
Reduce la presión arterial
Gracias a los abrazos nuestro sistema nervioso se activa, se libera la hormona oxitocina y activamos unos mecanorreceptores de la piel llamados Corpúsculos de Pacini, los cuales son los encargados de reducir la presión arterial.
Mejora el sistema inmune
Al recibir o dar un abrazo nuestro sistema inmunológico se activa y favorece la creación de glóbulos blancos. Gracias a esto podemos prevenir muchas enfermedades y mejorar nuestras defensas cuando nos sentimos débiles.
Beneficios cardiovasculares.
Según Karen Grewen, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte,los abrazos con las personas que amamos aumenta el nivel de oxitoxina tanto en hombres como mujeres; gracias a esta hormona recibimos grandes beneficios para la salud del corazón y el sistema cardiovascular.
Reduce el riesgo de padecer demencia
Los abrazos nos estimulan, nos dan tranquilidad y equilibran nuestro sistema nervioso, por esta razón los abrazos desde temprana edad reducen el riesgo de padecer demencia.
Mejora el estado de ánimo
Cuando estás pasando por un mal momento en tu vida, los abrazos pueden ser la solución para sentir la felicidad. Cuando abrazamos se eleva la serotonina y gracias a esto recuperamos poco a poco nuestro buen estado de ánimo.
Rejuvenece el cuerpo
Cuando abrazamos se estimula el proceso de transportación del oxígeno a los tejidos y gracias a esto nuestro cuerpo prolonga la vida plena de las células evitando que envejezcamos y dándonos más tiempo de juventud.
Relaja los músculos
Los abrazos estimulan la circulación en los tejidos blandos y gracias a esto se pueden calmar dolencias musculares y liberar la tensión.
Genera confianza y seguridad
Los abrazos nos hacen sentir apoyados y en confianza, gracias a esto se genera una seguridad que favorece la comunicación tanto con personas cercanas como con el público en general. Recibir un abrazo antes de hablar en público hará que nos desempeñemos mejor.
Eleva la autoestima
Muchos especialistas asocian la autoestima con el contacto físico que recibimos desde que somos niños. Las sensaciones que experimentamos a temprana edad nos marcan de por vida y con esto se incrementa nuestra capacidad de querernos y respetarnos por el resto de nuestra vida.
Cuando abrazamos nos sentimos amados, seguros, especiales e importantes para las personas a nuestro alrededor, gracias a esto nuestra autoestima se alimenta y el amor propio se mantiene.