Nalgas inyectadas, la nueva moda que termina en un arma de doble filo
La obsesión de tener nalgas voluptuosas y torneadas, piernas definidas estéticamente, así como unos senos prominentes está llevando a muchas mujeres y hombres a inyectarse sustancias no biodegradable por el organismo, que terminan pudriéndoles esas partes de sus cuerpos y ulceraciones de por vida.
“Ay qué incomodidad, que dolor tan áspero, estoy cansada de acostarme siempre es esta posición (boca abajo)”, son las constante quejas de Juana (nombre ficticio para proteger su identidad), una de las 21 mujeres que el pasado año fue atendida en el área de cirugía plástica y reconstructiva del hospital Salvador B. Gautier del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) con Alogenosis iatrogénica, una nueva enfermedad con que los cirujanos plásticos definen los desastrosos resultados producidos por las inyecciones de sustancias no aptas para las personas.
El pasado año de 2,886 pacientes ingresados en la unidad de cirugía plástica del hospital, 21 tenían ese problema, y en lo que ha transcurrido de este 2016 van 18, con el agravante de que hay profesionales hasta del sector salud inyectándose sustancias de ese tipo. Asegura que los casos son mayores, pero existe un subregistro.
Juana fue llevada al centro asistencial con los glúteos ensangrentados, con infecciones y lleno de hoyos provocados por el aceite mineral que utilizó para agrandarse las pompis.
Ella trabajaba como peluquera en un salón de belleza de clase alta, donde se dejó impresionar por los “cuerpos de muñecas” que tenían muchas de sus clientas producto del bisturí.
Cuenta que tardó un tiempo ahorrando dinero para hacerse una cirugía estética, pero que debido al alto costo del procedimiento y problemas económicos que debía resolver no logró guardar el dinero que necesitaba para hacerse la operación.
De ahí, y por recomendación de una amiga, recurre a inyectarse silicona líquida, logrando el objetivo de tener sus nalgas grandes y torneadas, sólo que no lo disfrutó por mucho tiempo y ahora pasa parte del tiempo postrada en su cama curando las úlceras que la sustancia le provocó.
“Es una real alarma nacional, un problema de salud pública que afecta a los pacientes de diferentes clases sociales y edad”, dice Severo Mercedes, cirujano plástico y director de la Escuela de Cirugía Plástica y Reconstructiva del hospital Salvador B. Gautier.
Explica que la aplicación de esas sustancias causan migración en el cuerpo, y que es común ver que de las mamas bajan al abdomen, a los genitales y a las piernas.
Tiene el problema de que es incurable y hasta los 30 años puede causar ulceraciones y que, incluso hay pacientes que han llegado a suicidarse por ese problema, por lo que recomienda a las autoridades del Ministerio de Salud Pública prestarle la debida atención, porque se trata de una realidad que va en aumento.
Reveló que en la actualidad hay una paciente de 35 años ingresada en un centro privado con las nalgas podridas, por esta causa.
También, hay dos hombres con edades de 22 y 25 años que buscaban tener el pecho grande, pero sólo consiguieron que se les deformaran las mamas, una más grande que otra, después de que se inyectaron vaselina y aceite mineral.
Las sustancias inyectables de relleno más usadas son silicona líquida, parafina, petrolato líquido, vaselina, biopolímeros, aceite mineral y grasa animal.
“Se las aplican en sus casas, en salones de belleza, en centros de spa y quienes se atreven a aplicarlos no son profesionales, y lo único que les mueve es el afán de ganar dinero”, expresa.
Como el especialista del área, a Mercedes le preocupa que las personas recurran a este método con tal de alcanzar sus metas de tener nalgas grandes, porque hay casos de daños tan extremos que no se pueden reconstruir.