Esas cámaras de alta tecnología han sido concebidas por el Comisariado de la Energía Atómica (CEA) a petición del Gobierno francés.
“Queremos preservar el alma del Tour”, indicó hoy el director de la carrera, Christian Prudhomme, en una conferencia de prensa en París en la que se presentó este nuevo mecanismo contra el fraude tecnológico.
El director de investigación del CEA, Vincent Berger, explicó que esa cámara evalúa la diferente densidad de los materiales en función de sus propiedades térmicas.
El aparato es portátil y su operador podrá encontrarse a bordo de una moto o situarse al lado de la carretera, añadieron en la presentación, en la que, según los medios, no se detalló ni su coste ni su financiación.
El primer caso de fraude tecnológico se dio el pasado 30 de enero en la carrera sub-23 de los Mundiales de ciclocross en Heusden-Zolder (Bélgica).
Cuatro meses después, la Comisión de Disciplina de la Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió imponer una sanción de seis años de suspensión a la corredora, la belga Femke Van den Driessche, tras ser acusada de utilizar una bicicleta trucada con un motor.
La ciclista, de 19 años, que en marzo anunció su retirada, aseguró tras la acusación que la bicicleta investigada no era suya, sino de un amigo, pero que terminó en sus manos después de un error de un mecánico
Este próximo Tour de Francia comenzará el 2 de julio en el Mont-Saint-Michel y cede a la montaña el mayor protagonismo, aunque matizado por dos exigentes contrarrelojs que devuelven cierto equilibrio a la prueba, que finalizará el 24 de ese mes.