Ansiedad: La Ansiedad: síntomas, causas y tratamientos
La ansiedad es una enfermedad mental que aqueja a millones de personas en todo el mundo. Se dice que es el mal del siglo XXI provocado por los nervios del estrés y de rapidez en la vida diaria que produce una serie de síntomas hasta desencadenar esta patología.
Si bien debemos diferenciar entre la ansiedad normal y la patológica, y las medidas que pueden afectar a cada una de ellas.
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, la ansiedad puede definirse como una emoción natural, pero a diferencia de otras, es de tipo desagradable y negativa, que surge en una situación ante la que el individuo percibe una amenaza.
Así que puede darse por determinados factores, sea por una situación de estrés, un problema personal grave o ni siquiera por tener causa demasiado aparente.
Tipos de ansiedad
Existen muchas situaciones en las que la gran parte de personas habrá tenido un episodio de ansiedad. Pero lo importante es diferenciar cuando es algo normal o puntual y cuando se convierte en una patología.
Si alguien tiene ansiedad, aunque sea elevada, en alguna ocasión, no entra dentro de un trastorno. Pero cuando la reacción es intensa, se prolonga en el tiempo, no puede controlar esta ansiedad, y es crónica, entonces se habla de patología.
Síntomas de la ansiedad
Muchos de los síntomas que presenta la ansiedad pueden estar o no relacionadas con ella, pues algunos son propios de enfermedades físicas o de otras enfermedades relacionadas con el psique. Estos síntomas pueden experimentarse a lo largo de diversas situaciones.
El nerviosismo suele ser una tónica habitual dentro de esta patología. De manera que las personas con más nivel de nerviosismo y alerta tienen más posibilidades de tener ansiedad alguna vez en su vida.
Otros síntomas que acompañan a la ansiedad son la sudoración, tener temblores, el miedo que se presenta en forma de paralización, miedo a morir, tensiones musculares, mareos, taquicardias, problemas estomacales, dificultad para respirar y un largo etcétera.
Las personas que sufren ansiedad permanente pueden haber vivido episodios graves en su vida, pero no es algo probado, porque muchas veces no es así. Suelen tener temor a que su familia tenga un accidente o enferme, y suele afectar en mayor parte a mujeres.
La ansiedad crónica corresponde a quienes presentan algunos de los diversos síntomas durante varias veces y en distintos días seguidos. Luego el nivel de síntomas puede disminuir. Los ansiosos pueden experimentar estos síntomas en diversos momentos de su vida, el grado de estos va variando hasta ser más altos, menos o incluso nulos.
Pero en su mayoría deben ser tratados para mitigar los síntomas y poder llevar una vida normal.
Tratamiento ante la ansiedad
Cuando la ansiedad no puede controlarse necesita de un apoyo psicológico y psiquiátrico. Antes de tomar fármacos, debe ser el médico el que establezca si realmente hay episodios de ansiedad continuos y enlazarlo con la ayuda psicológica.
En un primer término, la relajación, los ejercicios de meditación, la ayuda psicológica continuada y los ejercicios propuestos por el profesional pueden hacer que la ansiedad disminuya.
La terapia es una de las mejores maneras de que las personas puedan recuperarse, si bien deben conocer esta enfermedad, hacerla suya y vivir con ella en muchas ocasiones, porque solo así puede llegar a desaparecer.
Con la terapia se conocen cuáles son las causas de esta ansiedad y se ofrecen herramientas para cambiar el pensamiento. El deporte, llevar una vida saludable, sociabilizarse, etc. son otros remedios ocasionales para lidiar contra esta enfermedad.
Pero cuando la ansiedad es crónica, es necesario actuar con fármacos, siempre dependiendo del grado de ansiedad de cada persona. Estos medicamentos suelen estar englobados dentro de los ansiolíticos, que realizan funciones de calma y efectos tranquilizantes.
Los antidepresivos también suelen darse en este tipo de enfermedades. Si bien estos medicamentos funcionan normalmente bien, a lo largo del tiempo pueden provocar dependencia, por lo que siempre se aconseja que, cuando los síntomas disminuyan, se puedan ir reduciendo las tomas.
Aunque se acaben los síntomas, no quiere decir que la ansiedad haya desaparecido, es el profesional de la psicoterapia el que va a decidir si se debe continuar con ella, pues muchas personas recaen ante otra situación de angustia.