Necesitas energía, ¿Qué buscas?
El trabajo, la escuela, universidad, la familia, los hijos, la casa e incluso mantener una adecuada alimentación son elementos de gran importancia que exigen esfuerzos diariamente. En este afán de poder satisfacer todas las demandas que nos exige el diario vivir podemos sentirnos cansados, sin ánimos y recurrir en hábitos que podrían afectar nuestra salud.
Un apoyo que suele utilizarse para manejar el cansancio y estrés es el uso de café. Algunos optan por aumentar considerablemente la cantidad de tazas al día, y otros, buscan alternativas en bebidas que contengan ese elemento “energético”, la cafeína.
Además del café, se encuentra en bebidas energéticas, en gaseosas y en algunos alimentos como el chocolate.
Por sus efectos vasodilatadores y antiinflamatorios se unen a ciertos analgésicos para potencializar sus efectos.
Hasta el momento, según la revisión científica, el consumo moderado de cafeína aparenta ser seguro y sin efectos nocivos para la salud.
De acuerdo a lo sugerido por la Clínica de Mayo, 400mg de cafeína al día es lo considerado moderado, entendiéndose que esta cantidad se cubre en 4 tazas de café “colado”, 10 latas de soda o en 2 tragos de bebida energética.
Es preocupante la gran cantidad de personas que utilizan bebidas energéticas en su rutina diaria, principalmente adolescentes y adultos jóvenes. Se consumen en cantidades importantes por su valor bajo en calorías, por la sensación de alerta (ante periodos de poco sueño) que confieren y es incluso utilizada junto a bebidas alcohólicas o como estimulante en el ejercicio físico.
¡Preocúpese! El consumo elevado de cafeína podría producir arritmias (ritmo cardíaco acelerado), insomnio (dificultad para dormir), ansiedad, irritación gástrica y fatiga.
La recomendación es, si toma café, realizarlo de forma moderada, (hasta 4 tazas al día) y en cuanto al uso de bebidas energéticas, evite el consumo, si es que usted las usa, tanto por el contenido en cafeína, por los ingredientes adicionales (exceso de sal y edulcorantes) que no tienen un valor nutricional favorable y sobre todo por los riesgos a la salud.