Adéntrate en el sector de “La guerra de las galaxias” en Disneylandia
En verano de 2015, cuando Walt Disney Company reveló sus planes para construir una zona monumental de La guerra de las galaxias en sus parques de atracción en California y Florida, una ola de euforia inundó el planeta. Bob Iger, el director ejecutivo de Disney, hizo el anuncio durante una convención para fanáticos y reveló que una de las atracciones permitiría a la gente pilotar el Halcón Milenario. Dos hombres adultos sentados al lado mío empezaron a llorar de emoción.
Los anexos a los parques para La guerra de las galaxias, cada uno de aproximadamente 56.000 metros cuadrados, sonaban increíbles. Iban a costar 2000 millones de dólares (o más) para la construcción de sitios que parecieran puertos comerciales en la frontera del espacio. Pero yo soy una de esas personas puristas que no quiere que los parques de Disney cambien.
Corrección: quiero que Disneylandia, el lugar original más feliz del mundo, el parque que construyó personalmente Walt Disney y que abrió en 1955, se mantenga igual. Que cambien lo que quieran en Disney World, en Florida. Pero Disneylandia es uno de mis lugares: de ese niño de 9 años que lo visitó en 1983 y creó grandes recuerdos con su padre, recuerdos que este hombre de 44 años todavía atesora. Sé que es ridículo. Disneylandia tiene que evolucionar para mantenerse relevante entre las nuevas generaciones.
Entonces cuando lo visité lo hice con recelo. Acudí al sitio en Anaheim, California, el 20 de mayo, el primer día en el que se permitió el acceso a visitantes externos a Galaxy’s Edge, como lo llama Disney. Esta es la expansión más grande en la historia del parque.
Galaxy’s Edge tendrá dos grandes atracciones; una de ellas, Rise of the Resistance (Despertar de la Resistencia), ha sido descrita por Disney como una visita “desgarradora” a un Destructor Estelar que incluye un enfrentamiento cara a cara contra Kylo Ren. Hay talleres para construir tus propios sables de luz (por 199 dólares) y droides funcionales (a partir de 99 dólares). Por primera vez en Disneylandia tendrán a la venta bebidas alcohólicas, en Oga’s Cantina, donde un Dabogah Slug Slinger (con tequila) te costará 15 dólares y el vino blanco espacial tiene un tono azul brillante. Hay varios restaurantes con platillos temáticos, entre ellos un Ronto Wrap que es como un kebab de carne de cerdo con salchicha (los rontos son animales de Tatooine, el planeta desértico donde creció Luke Skywalker).
Para entrar a Galaxy’s Edge antes de su gran inauguración el 23 de junio, los visitantes necesitan reservar además de comprar los boletos de entrada al parque; es algo inédito en Disney porque se prevé que las multitudes sean inmanejables. Incluso si tienes una reservación, el tiempo que pases en la tierra galáctica se limitará a unas cuatro horas. Ya se agotaron las primeras entradas —a menos que puedas conseguir una habitación en uno de los hoteles de Disney con precios a partir de unos 500 dólares por noche—. La versión casi idéntica de Galaxy’s Edge que abrirá en Disney World, en Orlando, será inaugurada el 29 de agosto; hasta el momento no se planea usar un sistema de reservación ahí.
Yo pude ir durante un periodo de prueba de dos semanas, en el que los empleados de Disney acudieron como civiles, gracias a que reporteo sobre la empresa para la sección de Negocios de The New York Times. Como no tengo hijos, tomé “prestada” la mitad de una familia para que me acompañara: Connor Ennis, editor en el Times, y uno de sus hijos, Sam. Iba a ser su primera visita a Disneylandia y Sam era tanto un fanático de La guerra de las galaxias como alguien de la edad objetivo del parque, 9 años. (Pagamos por nuestros boletos, 321,50 dólares en total, y por todo lo que consumimos).