Estos mitos dificultan el proceso de encontrar una pareja ¡Olvídate de ellos!
A lo largo de la , muchas son las creencias que se van arraigando y que interfieren en el proceso de encontrar pareja. “Son muchas las causas por las que las , y también muchos , se quejan de no encontrar a ese ser con el que soñamos compartir nuestra vida, y muchas veces la respuesta está en nuestro propio subconsciente, que guarda juicios que tienden a socavar nuestros propósitos y anhelos”, explica Cristina Vásconez, coach para mujeres solteras.
Vásconez identifica ocho mitos claros que sabotean el proceso de búsqueda:
1: “La química es de los elementos más importantes en el amor”.
Realidad: La química opera desde nuestro inconsciente y se nutre de los juicios que llevamos, los que pueden estar plenos de negatividad, baja autoestima o de principios equivocados. Una relación de pareja, como cualquier otra, es un intercambio de elementos que cada uno elige desde sus necesidades, desde sus expectativas. No tener clara la naturaleza de ellas, no sólo inducen al error, sino que nos lleva a una frecuente frustración.
Mito 2: “No hay hombres, por lo que es mejor no ponerse exigente y conformarse con lo que hay”.
Realidad: Operar desde “lo que no hay” es una señal no sólo de negatividad, sino que se conecta principalmente con la carencia. Además se impone el dato del INE del 2012 según el cual el 14% de la población chilena estaría formado por hogares unipersonales, y entendiendo que la estructura demográfica del país por género está dividida casi en partes iguales, está muy lejos de sostenerse el mito del desabastecimiento masculino. La evidencia sugiere que las mujeres con el pasar de los años, y al no renovar sus vínculos sociales “no cuentan con hombres en sus propios mundos”. Esto plantea una necesidad de expandir lazos, de bajar barreras.
Mito 3: ““Todos los hombres son malos. Es mejor estar sola”.
Realidad: Las actitudes destructivas al interior de una relación no son un patrimonio de un género, ni femenino ni masculino. Para todos, se asocian con carencias, incapacidad de compromiso y con muchos factores de la vida síquica y emocional de las personas. Al asignarse esa propiedad a los hombres se incurre en una caricatura odiosa, que insinúa un trasfondo de miedo que impide tomar los riesgos que demanda el amor.
Mito 4: “Como siempre me ha ido mal en el amor, asumo que siempre será así”.
Realidad: Admitir que se cometerán siempre los mismos errores, sólo habla de una actitud cerrada al aprendizaje. El no aprovechar las experiencias negativas y desconocer las voces del dolor es la razón de fondo por la que se hace imposible el cambio. Los quiebres, las penas de amor son la materia a trabajar para el logro de una relación satisfactoria.
Mito 5: “No se le puede contar a un hombre lo que a una le sucede, porque salen corriendo”.
Realidad: Hoy más que nunca se hace evidente la necesidad de aprender sobre las pequeñas-grandes diferencias entre hombres y mujeres, que afectan la escucha, comprensión y jerarquía de intereses y que sin duda distinguen en la calidad de una relación. Si bien es cierto que algunos hombres huyen cuando el panorama no es color de rosa, muchos otros sí se quedan, están dispuestos a compartir y están abiertos a la escucha.
Mito 6: “No entiendo porque estoy sola si les he dado tanto a mis parejas”.
Realidad: En un romance debiera primar un equilibrio entre el dar y el recibir. La renuncia plena de una persona se asocia a temas de carencia, revela una baja autoestima y, en el fondo, es una práctica que promociona el retener por sobre encantar. No confundir generosidad con postergación de sí misma, que lo que consigue es el efecto contrario, no ser vista y finalmente ser abandonada.
Mito 7: “Tener pareja es lo más importante en la vida”.
Realidad: Tener las relaciones como un norte que nos asegure felicidad, no sólo es errado, es peligroso dado que nos lleva a poner todas nuestra fichas a un sólo terreno, amputando los otros mundos que tenemos a disposición. El amor de pareja es un espacio muy importante en la vida de cualquier persona. Evolutivamente nos desarrollamos en base al afecto. Sin embargo, para que éste sea sano, deberá partir por nosotras mismas. Un ejercicio pleno de todos nuestros espacios, el laboral, intelectual, social, espiritual e íntimo. Sólo así la pareja se sumará como un aporte en el camino de la vida.
Mito 8: “Para amar hay que admirar”
Realidad: La admiración se basa en un juicio de un estándar superior e inalcanzable. Impone un gesto corporal de mirar hacia arriba, en cautivación y éxtasis, que la coloca en una ubicación inferior para la contemplación. Una relación sana deberá permitirle permanecer en un lugar igualitario, de ser mirada a los ojos para que el compartir sea posible y fluido, algo más cercano al respeto.
Si lograste identificarte con uno o varios de estos mitos, te estarás preguntando cómo se pueden borrar o cambiar. “Claramente, no es ni sencillo ni mágico. Deberá invertir tiempo y una actitud que permita transformar patrones largamente instalados”, explica Cristina Vásconez.
“Identificar cuáles son las ideas que cada persona arrastra, es el primer paso para lograr cambiar estos paradigmas por juicios más positivos y conducentes para lograr el tipo de relación que cada una anhela vivir”, finalizó.
Fuente: Emol