Orientaciones contra el cólera son mínimas en escuelas de barrios
En las escuelas públicas de diferentes sectores donde fueron detectados pacientes con cólera, los cuidados de las autoridades son aparentemente mínimos y básicos.
Según explicaron directivos de los diferentes centros en barrios como El Almirante y Villa Liberación, a estas alturas ni siquiera han recibido en sus planteles a autoridades del Ministerio de Salud para brindarles las informaciones relativas a la prevención y cuidado en contra de la bacteria; mientras tanto, ellos toman las medida por su propia cuenta.
“Aquí no ha venido nadie oficialmente dizque de Salud Pública. Nosotros porque tenemos este hospital al lado y los doctores siempre se mantienen pendientes, cuando el Covid también hicieron lo mismo. Además, como este es el hospital más cercano y aquí es donde están tratando la gente con cólera, ellos siempre vienen y nos orientan”, explicó Maritza Herasme, directora del Centro Educativo Enriquillo, ubicado al lado del Hospital El Almirante.
Los descuidos del centro
Las directrices de los médicos, que ha difundido Salud Pública a través de los medios de comunicación, establecen el constante lavado de manos y la buena cocción de los alimentos antes de ingerir. Justamente eso es lo que afirman hacen en las escuelas de los barrios capitalinos.
Higiene de alumnos
No obstante, en el Instituto de Educación Inicial y Secundaria Enriquillo, se complica seguir los cuidados correspondientes.
Según indicó Herasme, desde diciembre pasado están enfrentando problemas eléctricos que les impiden conectar la bomba sumergible que alimenta las llaves de agua y, a pesar de haber hecho reiteradamente la denuncia a la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (Edeeste), no han logrado resolver la incordia por lo que han tenido que recurrir a la ayuda del centro médico que les queda al lado.
“Ellos nos pasan una manguera y llenamos esos tanques que están ahí detrás y los muchachos cuando tienen que lavarse las manos vienen, sacan el agua y lo hacen ahí”, manifestó la directora al señalar un tanque azul ubicado en la parte trasera de uno de los edificios, donde se encuentran los baños y los niños acuden a lavarse las manos en la grama, lo que provoca que el agua se acumule ahí.