Garantizan fármacos a hipertensos dominicanos de bajos recursos
Santo Domingo, 23 sep.- El ministro dominicano de Salud, Víctor Atallah, aseguró la provisión de medicamentos para la hipertensión arterial y la diabetes mediante el programa gubernamental «Más salud y esperanza de vida».
En un país donde la atención médica y los tratamientos son muy costosos, imposibles de pagar por muchos nacionales, el Ejecutivo implementó este plan a partir de la estrategia HEARTS, un modelo de manejo del riesgo cardiovascular, teniendo en cuenta la alta incidencia de ambas dolencias en el país.
Atallad sostuvo en un taller sobre Calidad de Vida y estrategia HEARTS que la República Dominicana proporciona esos medicamentos mediante el Ministerio de Salud, Promese/Cal y el Servicio Nacional de Salud (Senasa).
A propósito del tema, comentó que se iniciaron conversaciones con el Senasa para registrar a todos los hipertensos y diabéticos que pertenecen al régimen subsidiado, con el fin de ofrecerles atención de salud oportuna.
Atallah felicitó al equipo ejecutor del programa «Más salud y esperanza de vida» por asegurar la disponibilidad de medicamentos para la hipertensión arterial y la diabetes en todas las Farmacias del Pueblo.
Elogió las capacitaciones y guías clínicas implementadas para que esta iniciativa sea una realidad y no quede solo en papeles. En la ocasión, la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en República Dominicana, Alba María Ropero, destacó los logros en la prevención de enfermedades cardiovasculares, gracias a la implementación de protocolos estandarizados y el acceso garantizado a medicamentos esenciales.
Según Ropero Álvarez, el país ha demostrado un liderazgo técnico y político que ha permitido el éxito de la estrategia «Más salud y esperanza de vida».
Las llamadas farmacias del pueblo son establecimientos de venta de fármacos esenciales a bajos precios, auspiciado por fondos públicos, y están dirigidas a atender a personas de escasos recursos que necesitan adquirir sus medicinas, pero no pueden costearlas.
En esas farmacias, los pacientes reciben la cantidad específica de medicinas que necesitan para un mes y al siguiente pueden regresar, las cuales se expenden en pequeñas cantidades para garantizar que llegue por igual a todos los necesitados.