1. Comida congelada. Nadie puede negar que la comida empaquetada es de gran utilidad cuando no se tiene ni el gusto ni el tiempo para cocinar. Sólo que alimentarse únicamente con estos productos, a la larga, trae consecuencias.
Los congelados son alimentos no frescos ni naturales, que no aportan al organismo esos nutrientes que el cuerpo necesita para mantenerse e, incluso, para combatir una que otra enfermedad.
Además, para que se mantengan en buen estado por mucho tiempo, contienen grandes cantidades de sodio, mineral que en exceso daña a los riñones.
2. Cereales. Todos sabemos que una dieta balanceada, indudablemente, incluye cereales. Ten en cuenta que su consumo debe ser moderado, ya que no aportan muchas vitaminas y minerales y algunos de éstos, sobretodo los integrales, contienen fítatos, que como dice vitonica.com, no son fáciles de digerir y por lo tanto, crean sales y minerales que impiden la correcta absorción del calcio y el zinc.
Además, los cereales contienen gluten, proteína que no todas las personas digieren con facilidad, lo que les ocasiona inflamación. También, tienen lectinas, otra proteína que, en ocasiones, se transforma en toxinas que pueden llegar a la sangre.
3. Azúcar. Está claro que el organismo necesita azúcar, en pequeñas cantidades, pero como bien indica bestfitness.ru, si se abusa de ella, sobretodo de las refinadas, se puede caer en la obesidad e incluso desata varias enfermedades, como la diabetes, problemas de corazón, insuficiencia renal, entre otras.
4. Fructosa. A esta sustancia se le suele llamar “el azúcar de las frutas” y generalmente se utiliza en las dietas para endulzar los alimentos. Aunque muchos doctores la recomiendan, lo cierto es que es el hígado el que la transforma y por lo tanto, puede generar resistencia a la insulina, baja tolerancia a la glucosa, formación de triglicéridos altos e hipertensión, según dietametabolica.es.
5. Grasas trans. Geosalud.com dice que las grasas trans o hidrogenadas son ácidos insaturados que se forman tras ser procesados los aceites vegetales, que se transforman en sólidos o líquidos. Pueden existir de manera natural en ciertos alimentos, y también los encontramos en todos los productos horneados, fritos y cocinados con margarina.
El problema está cuando son de origen artificial, pues se asocian a enfermedades cardiovasculares, que se traducen en ataques al corazón, diabetes e incluso con el cáncer.
6. Edulcorantes. Son aquellas sustancias, ya sean naturales o sintéticas, que se encargan de darle ese toque de dulzura a los alimentos.
Uno de estos es la sacarina, la cual durante varios años fue acusada de ser una de las causas por las cuales una persona llega a desarrollar cáncer. Otro es el aspartamo, el cual lo encontramos frecuentemente en bebidas sin azúcar. Este se descompone primeramente en metanol e incluso, puede llegar a convertirse en formaldehído, que causa daños al sistema nervioso e inmunitario.
7. Olestra. Esta es una sustancia sintética, la cual es utilizada como un sustituto de grasas. Como dice suite.101.net, pareciera que es un alimento extraordinario, el cual está incluido en algunas papas fritas y otros snacks, ya que tiene buen sabor, no es grasoso, contiene vitaminas y reduce calorías.
Sin embargo, está comprobado que éstas provocan trastornos digestivos, como esteatorrea, además de que invitan a no consumir frutas y verduras en esos momentos de antojo.
8. Sushi. Esta comida japonesa, generalmente, se basa en la ingesta de pescados y mariscos crudos. La verdad es que en cualquier momento se puede adquirir una infección seria, ya que pueden portar bacterias y virus que pueden desencadenar en una enfermedad grave e incluso la muerte.
9. Refrescos. Estas bebidas están hechas a base de grandes cantidades de azúcar y edulcorantes artificiales, los cuales contienen altos índices de cafeína, colorantes y otras sustancias artificiales. Si se toman en exceso, se sufrirá de sobrepeso y todas las enfermedades relacionadas con este problema de salud.
10. Nitratos. Son compuestos que se encuentran de manera natural en el medio ambiente, ya que derivan del ciclo del nitrógeno y en ocasiones, son utilizados en el proceso de algunos alimentos y como conservadores de ciertos productos derivados de la carne.
Los embutidos, por lo regular, necesitan de los nitratos para conservar un color agradable y evitar que ciertos microorganismos se alojen en ellos. El problema radica en que éstos, en el interior del organismo humano, pueden transformarse en nitritos, mismos que producen nitrosaminas, un químico que puede generar cáncer, principalmente de esófago y estómago.