Amamantar reduce el riesgo de obesidad en la mujer
Tener hijos tiene diversos efectos a largo plazo en una mujer: entre más partos mayor el sobrepeso, pero aquéllas que amamantan a sus bebés serán más delgadas décadas después.
Las mujeres que amamantan tienen menos riesgo de obesidad décadas después del parto.
Ésa es la conclusión de un estudio en el Reino Unido que siguió a 740.000 mujeres durante varias décadas.
La investigación, publicada en International Journal of Obesity (Revista Internacional de Obesidad), encontró que antes de llegar a la menopausia, alrededor de los 50 años, entre más hijos había tenido una mujer mayor su índice de masa corporal (IMC).
Pero esta medición era “significativamente menor” entre las mujeres que habían amamantando a sus hijos.
Por cada seis meses de lactancia el IMC de la mujer era 1% menor, afirman los científicos.
Estudios anteriores ya han demostrado que las mujeres que amamantan tienen menos riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovárico y diabetes tipo 2.
También se conocen los efectos beneficiosos de la leche materna en los niños, incluido el menor riesgo de infecciones respiratorias y gástricas.
Asimismo ha habido investigaciones que muestran que la lactancia puede ayudar a las mujeres a perder el peso que se acumula durante el embarazo en los meses posteriores al nacimiento.
Impacto a largo plazo
“Ya sabemos que amamantar es la mejor alternativa para los bebés. Y este estudio apoya la evidencia creciente de que los beneficios se extienden también a la madre, incluso 30 años después de haber dado a luz.”
Prof. Kirsty Bobrow
Pero hasta ahora no se ha estudiado el impacto a largo plazo del parto y el amamantamiento en el peso corporal.
La investigación, llevada a cabo por la organización Cancer Research Uk y el Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido utilizó los datos del llamado Estudio del Millón de Mujeres, que desde hace varias décadas estudia los factores reproductivos y de estilo de vida que afectan la salud de la mujer.
Para el estudio se tomó un registro de su altura, peso, historia reproductiva y otros factores relevantes.
Se encontró que las participantes tenían en promedio 57,5 años de edad y un IMC de 26,2, el cual se clasifica como sobrepeso.
Y la mayoría de las mujeres (88%) habían tenido por lo menos un hijo y de éstas 70% habían amamantando en promedio 7,7 meses.
Según los investigadores, aunque una reducción de 1% en el IMC de una mujer puede parecer pequeño, esto tiene un impacto importante en la salud.
La profesora Valerie Beral, directora de la Unidad de Epidemiología de Cáncer de la Universidad de Oxford y una de las autoras del estudio, explica que si esta cifra de 1% se traslada a la población del Reino Unido “esto puede significar 10.000 muertes prematuras menos cada década”.
Esto debido principalmente a la reducción de las enfermedades vinculadas a la obesidad, como diabetes, enfermedad del corazón y algunos tipos de cáncer.
Tal como expresa la doctora Kirsty Bobrow, quien dirigió el estudio, “ya sabemos que amamantar es la mejor alternativa para los bebés”.
“Y este estudio apoya la evidencia creciente de que los beneficios se extienden también a la madre, incluso 30 años después de haber dado a luz”.
“Las mujeres embarazadas deben estar conscientes de estos beneficios para ayudarlas a tomar decisiones informadas sobre la alimentación de sus infantes” agrega la investigadora.