Amor Filial del Albergue de Martina
Pocas personas en el mundo nacen con la vocación de servicio de Martina Alfonseca, humilde mujer puertoplateña, redimida de la prostitución, que velaba por ancianos enfermos y niñas sin familia a quienes rescataba de las calles. Su labor, no desapareció con su muerte, y vivo retrato de ello es la Casa Albergue de Martina.
Para los años 50’s Martina tenía una casona en los alrededores del malecón, donde albergaba niñas y ancianos; solía salir por las calles descalza, con una bata blanca y una alcancía para recaudar dinero. Tras su deceso, Gladys y Federico Finke junto a otras importantes personalidades de Puerto Plata, asumieron el compromiso de continuar la obra.
Fue así como constituyeron la Casa Albergue de Martina, un hogar para niñas provenientes de familias disfuncionales, que les brinda un techo, alimentación, educación y lo más importante, una familia con valores morales y cristianos.
Más adelante las autoridades municipales donaron los terrenos donde en 1993 se traslada la institución, ubicada en la avenida Isabel de Torres #1.
A partir de la década de los 80’s las hermanas del Perpetuo Socorro, asumen la dirección de la Casa Albergue, con el apoyo del Patronato Casa Albergue de Martina.
Poco a poco, se van ampliando las edificaciones con las ayudas recibidas de la comunidad y en el 2000 entra la nueva directiva, con Carmen Rosario González.
El albergue dispone de su propio centro educativo, semioficial, que fue construido con los fondos gestionados por el Patronato y la ayuda comunitaria. Esta se terminó de construir en 2009 aunque se prevén ampliaciones.
Actualmente, la Casa Albergue acoge 22 niñas entre 5 y 16 años de edad, estas han pasado la mayor parte de sus vidas en el recinto y reciben una alimentación balanceada de granos, cereales, legumbres y carnes.
A las niñas se les permiten visitas periódicas a sus familiares (si los hay), esto de acuerdo con Rosario González, fortalece el vínculo familiar. Además, las pequeñas participan de campamentos de verano, viajes educativos y otras actividades que les permiten desarrollarse sanamente.
Muy a pesar de la loable labor de esta entidad, el albergue no recibe subvención estatal, sus ingresos provienen básicamente de la escuela, apoyo de algunas instituciones aunque no de manera regular y la ayuda comunitaria.
Es una gran satisfacción para las personas que laboran de cerca con la Casa Albergue de Martina, ver estas niñas formarse íntegramente, insertarse en la sociedad y cumplir sus sueños. Misión por la que trabajan con ahínco y amor.
En los rostros de las pequeñas se puede percibir el amor filial, ellas que han crecido juntas, comparten no solo un dormitorio sino una familia común, la familia de la Casa Albergue de Martina.