Ángela Carrasco y El Cigala: nadie pensó que sería así….
La música volvió a dejar clara la fuerza y la nostalgia del recuerdo, la necesitada capacidad de generar sorpresa y admiración, junto a una conjunción de estilos, técnicas, poesía y palabras, todo unido en torno a un espectáculo que se hizo historia al momento de terminar con La 40 en el dúo inesperado de El Cigala y la Carrasco, rondando las dos de la mañana, en un escenario que se ha graduado en el estándar al que solo llega a sentirse la historia hecha acontecimiento ante tus ojos, como el Anfiteatro de Juan Lockward de Puerto Plata.
Era previsible que sería un concierto de primer nivel, en la capacidad interpretativa, en dos estilos diferenciados, en el universo musical a cargo de la banda Boss-Pop ( fundada por Pachy Carrasco, sobrino de la Diva) para sustentar y la contratada por El Cigala, pequeña Big Band de Cali, de la Colombia musical que pocas veces tiene una expresión provinciana tan espectacular y que resultó sencillamente extraordinaria en su calidad de sonido, tanto de vientos como de metales y con una pareja de percusionistas que montan ellos su propio show.
El concierto pudo haber sido sólo el escuchar y bailar ese grupo de 13 músicos colombianos, sin nada más. La producción fue del Emporio Luis Medrano.
Ángela Carrasco
Ángela Carrasco, abrió las acciones, tras una espera de hora y 20 minutos, quien sencillamente sorprendió más allá de la fuerza dramática, poética, rítmica (Boca Rosa) y romántica (Necesito de alguien como tú, Cariño mío, Lo quiero a morir, o Quererte a tí) de sus canciones, o las proclamas de mujer empoderada de temas como Ahora o Nunca o Pregúntale a la noche. Ningún éxito reciente. Repertorio histórico,conocido válido, emotivo y valiente.
Pero Ángela fue mucho más que una cantante popular de 35 años de trayectoria (sobre todo en el exterior), que regresaba a su Patria. Fue “mujer-show”: sagaz, aguda y humorística en sus parlamentos, se burló, con gracia, de sí misma (“Lo único que no me he operado es la voz y el pelo”, “Muchas mujeres que se me han acercado a decirme que cantaron conmigo, me he preguntado quienes son…. están tan cambiadas!, Todas nos hemos planchado”.
La artista, que salió a quitarse lo más rápido posible un vestido que resultó inadecuado y sobre-abundante para un escenario azotado por el viento, regresó a escena, ahora trajeada bellamente en seda roja, para bailar y cantar Caribe con los Taimáscaros (los personajes del carnaval de Puerto Plata) hasta ensoparse con el agua que ya caía a chorros, -fue un gesto de animación extraordinario para mantener la expectativa frente a El Cigala, que esperaba su entrada.
El Cigala
Diego El Cigala, que debió detener su presentación tras las dos primeras interpretaciones (Moreno soy – salsa- y Si tú supieras), por la lluvia y un tanto molesto porque el audio de su micrófono no estaba en el nivel que pedía insistentemente a los técnicos. Estaba empapado y prometió regresar.
Y lo hizo, porque escampó 13 minutos más tarde, ahora sentado más adentro para prevenir mojarse si volvía a llover.
El público sacaba los paraguas a mano, y una buena parte de la gente, sencillamente desafío el agua y se mojó más de una vez durante la presentación del cantaor madrileño, que se ha especializado en la fusión del flamenco con el bolero, el pop, la salsa y otros ritmos latinos.