Aumentan los trastornos de la conducta alimentaria: más allá de la anorexia y la bulimia
Los desórdenes relacionados con la alimentación son cada vez más y más diversos. Todos conocemos los trastornos clásicos, como la obesidad, la anorexia nerviosa y la bulimia. Pero la ciencia médica se enfrenta ya a la permarexia, la seudorexia, la potomania o la diabulimina.
El Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona ha publicado recientemente el manual Controversias sobre los trastornos alimentarios. En uno de sus capítulos, Antonio Villarino Ruiz, profesor de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, repasa estos trastornos, tan raros para quien no los sufre.
El catedrático explica que estas conductas son cada vez más frecuentes. Nuestro ritmo de vida actual, reñido con buenas pautas alimentarias, y los modelos estéticos impuestos “nos precipitan a una situación cada vez más grave y difícil”.
Su origen, explica Villarino, está en el culto a la salud corporal buscando “la salud total”, acompañado por un canon estético ilusorio de la perfección “que nos conduce a modificar o, al menos a modular, los hábitos alimentarios”.
Suelen ser desórdenes “subdiagnosticados” que para el individuo pasan inadvertidos pero que conllevan un desequilibrio psicológico. Como no son identificados socialmente, cuando llegan a la consulta del especialista pueden encontrarse ya en una fase complicada.
Ortorexia
Trastorno ya algo conocido, se trata de la obsesión por la comida sana y de calidad hasta límites patológicos. La ortorexia es una obsesión perjudicial para la salud como el trastorno obsesivo-compulsivo, con lo que el paciente considera alimentación saludable. El sujeto puede evitar ciertos alimentos, como los que contienen grasas, conservantes, o productos animales, y tener una mala alimentación y estar desnutrido.
Vigorexia
También conocida, es la obsesión por el ejercicio para incrementar la musculatura con ayuda de dietasrestrictivas y con suplementos proteicos y anabolizantes. Este desorden, más frecuente en el hombre que en la mujer, hace que quienes lo padecen perciban sus características físicas de manera distorsionada.
La actividad física compulsiva y el consumo de anabolizantes suelen combinarse con dietas poco equilibradas, con un consumo de alimentos que cuenten con gran cantidad de proteínas y carbohidratos, lo que puede producir alteraciones metabólicas.
Potomanía
Deseo frecuente de beber gran cantidad de líquido de forma compulsiva y sensación de placer. Superar los 4 litros diarios puede llevar a una hiperhidrosis grave en especial si se hace en un corto periodo. A veces se asocia a la anorexia ya que beben agua para tener sensación de saciedad.
Seudorexia o Pica
Deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas como tiza, yeso, bicarbonato, algodón, pegamento, moho, ceniza de cigarrillo… Según el tipo de sustancia que se ingiera se le da nombre al trastorno siendo la geofagia o consumo de tierra el más estudiado.
Ebriorexia
Tendencia entre algunas adolescentes. Restringen su ingesta alimenticia para compensar el consumo de calorías que les proporcionan las bebidas alcohólicas cuando salen ‘de marcha’.
Suelen estar muy informadas de la cantidad de calorías de los alimentos y de las bebidas, pero no conocen la proporción y equilibrio de los nutrientes. Para evitar que el alcohol haga estragos tienden a comer dulces, snacks energéticos (como patatas fritas)… Una alimentación nada cardiosaludable.
Sadorexia
Procede de la anorexia, bulimia y ortorexia combinado con un maltrato corporal y empleo de métodos de adelgazamiento masoquistas. También se conoce a este trastorno como “dieta del dolor”.
Se emplea para llegar a una delgadez extrema con consecuencias catastróficas. Su perfil es el de personas con baja autoestima, deprimidas, que buscan la perfección y desean alcanzar lo imposible, lo que les puede llevar a la muerte.
Permarexia
Trastorno de la alimentación relativamente moderno donde la persona piensa que todo lo que come engorda y eso le lleva a probar diferentes dietas, muchas de ellas poco saludables, las llamadas “dietas milagro”. Hay expertos que consideran que es el paso previo a la anorexia o a la bulimia. Se trata de un trastorno típicamente femenino.
Si se han hecho más de tres dietas al año para bajar de peso la situación es preocupante. Contar calorías constantemente o mirar las etiquetas nutricionales de forma obsesiva son algunos de los síntomas.
Fluctúan de peso constantemente. Aparecen las “dietas yoyó” en las que el individuo gana al final más peso del que pierde, lo que se llama efecto rebote. A diferencia de la ortorexia (obsesión por la comida sana), estas personas se obcecan por el contenido calórico sin importarles las características nutricionales de los alimentos.
Bulimarexia
Es un proceso que alterna situaciones de hiperactividad y negaciones a comer típicas de la anorexia, con atracones y purgas clásicas de la bulimina. Las mujeres jóvenes suelen ser las más afectadas.
Sequedad en la piel, trastornos hormonales y cardiopatías son los problemas que aparecen en los primeros estadios de esta conducta. La presión social, las modas y la personalidad del individuo son los factores desencadenantes.
Síndrome del comedor nocturno
Se caracteriza por la ingesta por la noche de más del 25% del total de calorías que hay que tomar a diario, falta de sueño y anorexia matutina, poca o nula ingesta de alimentos en el desayuno. A la anorexia matutina le acompaña una hiperfagia (comer en exceso) en la tarde-noche con ingesta de más del 50% del total calórico después de la cena. Además provoca despertarse varias veces, ansiedad y tensión a la hora de ir a dormir.
Se da en personas con baja autoestima y depresión y se puede considerar también un trastorno del sueño, además de ir unido al síndrome de piernas inquietas, apnea y sonambulismo, y acarrea un aumento de peso.
Síndrome del descontrol alimentario
Es una forma incompleta de bulimia. Se trata de atracones pero sin conductas compensatorias o purgativas y con menos alteración perceptiva del propio cuerpo. Es más común entre mujeres jóvenes y también en personas obesas.
Se relaciona la ingesta rápida de una cantidad de alimento importante con una sensación de falta de control. Varias veces por semana. No existen prácticas purgativas. Se come sin hambre hasta sentirse desagradablemente lleno y se hace a solas por vergüenza, depresión o sentimiento de culpa.
Manorexia
Es la anorexia referida a los hombres que tienen pánico a engordar y se ven gordos. Suelen exagerar el deporte y restringir la dieta. Pueden sufrir este desorden los bailarines, modelos o presentadores de televisión.
Pregorexia
Aparece en las mujeres embarazadas a las que les horroriza engordar y hacen dietas. A veces, inducen el vómito. Es muy peligroso para la madre y para el hijo.