Bebidas adulteradas o de elaboración clandestina: cómo desincentivar su producción y consumo
En República Dominicana la prensa ha empezado a destacar algo que viene sucediendo desde hace años en nuestro país y que las autoridades no han sabido enfrentar con la firmeza que se requiere. La producción clandestina de bebidas alcohólicas se ha incrementado y establecido, creando una estructura de comercialización que ha encontrado en los barrios carenciados el mercado perfecto para colocar sus bebidas asesinas.
Aunque mal de muchos es consuelo de tontos, es justo decir que este fenómeno no es exclusivo de República Dominicana y en varios países de Latinoamérica han llegado a establecer porcentajes alarmantes de venta de alcohol producido de forma clandestina. Por ejemplo en un estudio realizado por la firma Euromonitor en el 2013 en países de la región (Colombia, Perú, Ecuador, Honduras y El Salvador), se estableció que a causa, principalmente, de la falsificación y el contrabando, las bebidas ilegales representan el 25% del mercado total en términos de volumen.
La muerte de decenas por ingerir bebidas alcohólicas no aptas para el consumo humano ha alarmado al público dominicano, pero la realidad es que ahora simplemente se le está dando más difusión. En el 2020 también murieron cientos de personas a causa de este mal.
Antes de profundizar en las causas del problema, identificar los principales afectados y presentar algunas sugerencias que ayudarían a disminuir el consumo de bebidas ilegales, creo pertinente hacer las siguientes aclaraciones sobre las definiciones de términos relacionados con las bebidas ilegales que vienen manejándose de forma incorrecta por el público, especialistas e incluso las autoridades.
Bebida adulterada: Alcohol etílico que ha sido mezclado de forma premeditada con otro tipo de bebida que puede ser otro alcohol etílico de baja calidad, alcohol barato no apto para el consumo (metanol), algún colorante o agua para bajar el costo del producto original.
Bebida de producción clandestina: Es el alcohol que se produce en la clandestinidad y que generalmente es de muy baja calidad, sin los controles que permiten eliminar componentes tóxicos que pueden ser venenosos y algunas veces mortales. Su problema está en las siguientes posibilidades:
– Que se produzca metanol de manera natural por la reacción química que sufre el alcohol etílico cuando es sometido a altas temperaturas o a la luz solar.
– Que haya una contaminación cruzada por los envases utilizados para fermentar. Se puede ver en fotos de los espacios de producción artesanal donde utilizan tanques que antes eran utilizados para el almacenamiento de químicos industriales. Eso es terrible, ya que esos químicos, por más bien que lo laven, quedan adheridos de forma residual a las paredes del recipiente y luego el alcohol se contamina con estos causando daño a la salud del consumidor.
Bebida falsificada (chimbeada): Esta modalidad es muy utilizada, en detrimento de las marcas más reconocidas y caras. Se toma ingredientes de menor calidad con afinidad en el color y algo de su olor y se trasvasa a botellas de marcas superiores. Otra forma de falsificar es combinar el destilado con uno de menor valor para bajarle el costo final.
Alcohol contrabandeado: Estos pueden ser productos originales que son colocados en el mercado sin pagar los debidos impuestos. Además de la evasión, tiene el problema de la falta de control de calidad y falta de control de la trazabilidad del lote en caso de algún problema en la salud de los consumidores.
Afectados
La comercialización de bebidas ilegales impacta negativamente a tres sectores:
A la población: La adulteración, falsificación o producción artesanal de bebidas puede traer como resultado problemas de salud a los consumidores, pudiendo llegar hasta la muerte.
Sector comercial formal: La competencia desleal de los contrabandistas o productores informales impacta en la sostenibilidad de aquellas empresas que cumplen con estándares de calidad e impuestos que hacen sus productos más costosos.
El Gobierno: Cuando el consumo de bebidas ilegales crece el Gobierno recibe una menor cantidad de recursos que capta a través de los impuestos.
Al final es un círculo vicioso que vuelve a afectar a la población, ya que al Gobierno al recibir menos ingresos, invertirá muy poco en educación y salud.
Causas de su comercialización y consumo
Hay un mercado dispuesto a consumir estas bebidas ilegales, muchas veces sin conocer el riesgo que conllevan, y a esto se agregan unos comerciantes inescrupulosos que engañan a otra parte de un mercado que no se toma el cuidado de comprar sus productos en establecimientos formalizados. La suma de todas estas personas genera un blanco de público apetecible cuya creación se fundamenta principalmente en las siguientes causas:
– La pobreza y el bajo nivel educativo es el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de las bebidas ilegales. La pobreza empuja a buscar bebidas alcohólicas que puedan adquirir y la ignorancia de los riesgos no ayuda a que se consuma sin miedo.
– El alto costo de las bebidas legales a causa de los altos costos operativos, elevados márgenes y los elevados impuestos que recaen sobre las bebidas alcohólicas.
– Las agencias del Estado que deben vigilar y regular los principales insumos de preparación de bebidas alcohólicas al parecer no están realizando su trabajo de forma adecuada.
Qué hacer para disminuir su consumo
Mejorar controles: Mejorar los controles preventivos de parte del Estado involucrando a las diferentes agencias que tienen un rol en la prevención de bebidas ilegales. Entre estas están Pro Consumidor, Aduanas, DGII y la justicia.
Aduanas y la DGII deben implementar un sistema que controle el uso final de alcoholes tóxicos (como el metanol) para que no sean utilizados en productos de consumo humano.
La DGII debe controlar mejor la trazabilidad de los compradores masivos de alcoholes etílicos y verificar que lo adquirido se está utilizando para la elaboración de marcas con el debido registro y no para falsificar marcas reconocidas.
Pro Consumidor debe hacer pruebas aleatorias de laboratorio con la colaboración de Salud Pública para verificar la calidad de las bebidas que se ofrecen en los diferentes negocios (incluidos colmados, supermercados y licor estores).
En resumen, urge una mejor coordinación y uso de los recursos de parte del Estado. Con un debido trabajo de inteligencia y la debida aplicación de la ley, se disminuiría bastante el comercio de bebidas adulteradas o falsificadas.
Educar al consumidor: Es deber del Estado y de las empresas que comercializan bebidas legales, tratar de orientar al consumidor con campañas informativas de las posibles consecuencias de consumir estos productos ilegales y sin control de calidad alguno.
Crear normativas para el manejo de envases reciclados de bebidas alcohólicas: El fácil acceso a los envases de vidrio reciclados permite ser reutilizados para la adulteración y falsificación debido a que todas las botellas utilizadas por la industria licorera son importadas. A esto le agregamos que los precios de compra de envases usados a los recicladores son muy bajos, lo que hace los adulteradores puedan conseguirlos y pagar precios mucho más altos. Esto incentiva la recolección y acopio de botellas para venderlas a los adulteradores.
Tampoco existen regulaciones de parte del Estado para crear barreras a los adulteradores. Por ejemplo, en algunos países los comercios deben contar con equipos que rompan las botellas de forma segura para que no pueda ser reutilizada.
Cómo evitar consumir bebidas ilegales
1. Compra las bebidas alcohólicas en lugares formalmente establecidos. No comprar en puestos callejeros, parques, casetas y establecimientos no autorizados.
2. Duda de la calidad de la bebida si tiene precios muy bajos o menores a los que se ofrecen en los establecimientos formales.
3. Cuando acudas a bares, restaurantes y discos, solicita que la bebida alcohólica sea servida a la vista. Revisa las condiciones de la botella aun cuando ya esté abierta.
4. Fíjate que el olor no sea demasiado penetrante y no consumas en exceso.
5. A la hora de la compra en cualquier lugar, revisa que:
– La tapa de la botella no gire o escurra contenido.
– Las etiquetas no estén sobrepuestas a otras. Que estas cuenten con relieves perceptibles al tacto.
– Los marbetes estén bien pegados.
– La botella esté llena al mismo nivel que otras. Un proceso manual no tiene esa precisión.
– Revisa la etiqueta pasando el dedo por ella. Si esta destiñe, se borra o despega fácilmente rechaza el licor y denuncia el hecho.
6. Pon la botella a contraluz: si el color de la bebida no es uniforme o si trae partículas en suspensión o sedimentos, no la compres.
Mito
En cuanto al ron que se comercializa en el país, que posee 37.5 de contenido de alcohol, se congela a -23 o a -24 grados Centígrados.
El metanol, que se utiliza para falsificar las bebidas alcohólicas, es anticongelante, por lo que necesita de una temperatura sobre los -130 ó -140 bajo cero. Por tanto la prueba de congelamiento no es significante para determinar si una bebida ha sido adulterada o no.