Cada vez se usa menos contraseñas a favor de las huellas digitales e Iris
Los fabricantes de dispositivos móviles quieren declarar la muerte a las contraseñas alfanuméricas a partir de los accesos biométricos.
Los ingresos a través de la huella dactilar, el iris o el reconocimiento facial ganan presencia entre los grandes fabricantes del sector. A esos sistemas se añade la verificación por medio de la impresión de voz.
El objetivo es facilitar la vida a los usuarios para que estos no se vean obligados a memorizar contraseñas, al mismo tiempo que se refuerza la seguridad en las rutinas de autenticación.
En el caso del Touch ID de Apple, pionero en el negocio, existe una posibilidad de entre 50.000 de que el sensor de huella pueda sufrir el engaño de un intruso.
La tasa de error del iris es similar a la dactilar, si bien algunos algoritmos aplicados al sistema lo elevan hasta 1 entre 100.000 millones.
Qualcomm añade un chip que identifica el ultrasonido, para así sofisticar el control de acceso a los dispositivos.
La empresa desarrolló unos procesadores de señal de imagen (Spectra ISP) que en apenas 40 milisegundos permite identificar el iris, incluso detrás de unas gafas de sol.
Samsung enriquece su sistema con otras variables complementarias a la propia huella como la temperatura corporal o la presión sanguínea.
El fabricante surcoreano estrenó el sistema de reconocimiento facial en sus móviles, primero en el malogrado Note 7 y ahora en el Note 8.
El sistema de desbloqueo se activa al colocar el móvil frente al rostro. En el caso de compras de cierto importe, el dispositivo pone en juego otros sistemas como la huella dactilar o el iris.