Cómo acabar con los chismes
Decía el sabio Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra que la gente chismosa es aquella que le tira piedras a los árboles que dan frutos.
Así es, a veces te sorprendes de darte cuenta que cerca de ti puedes tener enemigos ocultos que sólo están buscando una oportunidad para tirarte una piedra. La gente que está más expuesta en sus profesiones, como los políticos, actores, cantantes, escritores, periodistas, predicadores, etc., o en general personas de éxito o que destaquen por algo, siempre van a ser personas objeto de que se les infundan chismes, rumores o se les critique.
Hay otra forma de decirlo: “Siempre se golpea al pez que asoma la cabeza”; esto es, que quien está a la vista o sobresale, tristemente va a ser atacado por aquellos que en lugar de disfrutar lo bien que les puede ir a los demás, buscan una manera de atacarlo, intentar bajarlo o dañar su imagen.
La manera principal de atacar a una persona o intentar destruirla es a través de chismes o rumores, ya que normalmente se hacen desde lo oculto o en el anonimato de una forma cobarde, debajo del agua…
El chisme o rumor es considerado por sabios un triple asesinato, ya que “mata” a tres personas… Uno, al que lo está diciendo, pues está cavando su propia tumba y evidenciando la oscuridad en la que vive; dos, a la persona de la que se habla, ya que no hay nada peor que dañar la integridad de una persona; y tres al que lo escucha, ya que está prestando sus oídos al asesinato de otra persona. Dicen que en realidad, la única persona que tiene el poder de destruir o frenar un chisme, es quien lo escucha al negarse a escucharlo.
El chisme o rumor es en realidad un fenómeno social, ya que si lo analizamos no aplica, por ejemplo, en animales; lo que mueve a las personas chismosas e intrigantes es la vida de otras personas. En psicología, la gente que inventa chismes es gente que tiene una vida muy pobre que busca diversión metiéndose en la vida de otros, es gente que goza del poder que le da inventar un chisme, ya que por unos momentos se vuelve el centro de atención y goza sobre la influencia que está generando en el que escucha y el daño que está haciendo sobre del que habla.
Ahora, hay formas que ayudan a detectar chismes o rumores:
1- Ubiquemos el patrón de la persona que está hablando. Si es alguien que tiende a hablar mal de las personas, no es ni de dudarse que esta será la excepción. Quien es capaz de hablar mal de una persona, es capaz de hablar mal de cualquiera.
2- Quien inventa chismes da información ambigua y tal vez hasta incoherente que no se apega a la realidad que conocemos de esa persona.
3- Lo que se difunde tiene carácter de novedad o primicia y es algo relativamente nuevo para el que lo escucha, de otra forma pierde impacto.
4- A menudo, se hace de una forma en la que no se le da oportunidad a “la víctima” de desmentir el chisme o rumor o ni siquiera se entera.
5- El chisme suele estar acompañado de ironía , y usa frases como: “No estoy seguro pero…”, “Me dijeron…”, ¿Sabías que…?…
6- La gente chismosa es gente que siempre está buscando el placer momentáneo.
7- Hay que ubicar que quien inventa chismes sobre alguien es por motivos de envidia, celos, resentimiento o hasta venganza.
Es muy importante aprender a no prestar oídos a estas personas tan dañinas o nocivas; siempre lo he dicho, lo mejor es rodearse de gente buena, positiva, que habla bien de los demás y que se alegra del éxito de otros. Cuando alguien nos hable mal de otra persona, lo mejor es decir “gracias, pero prefiero no oír” y de esta forma empezar crear una cadena de solidaridad.
Y ocho, Ojo: muchas veces el chisme puede venir de alguien cercano a ti, hasta de un “amigo(a)”, que te agarró algún coraje por algo o, como decía anteriormente, simplemente porque no puede verte brillar.
En kabbalah, por ejemplo, dicen que hablar mal de alguien es de lo peor que puede haber, ya que aunque nosotros en carne propia hayamos tenido una mala experiencia con alguien, no tenemos porqué hacérselo saber a todo mundo; tal vez con nosotros hubo una mala experiencia, pero probablemente con el de junto, esa persona tenía que conocerse y tratarse por algo; si lo frenamos, estamos por decirlo de alguna forma, creándonos karma (aunque kabbalah no cree en karma como tal).
No prestemos oídos, mandemos buena energía de regreso a esa persona para que mejore su vida y se dedique a cosas mejores, y dejemos siempre que la verdad salga a la luz.
Por Nuria Diaz Masó