Cómo se forjó la victoria “improbable” de Donald Trump
NUEVA YORK. El magnate Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Hizo valer su amenaza de que solo aceptaría unos resultados en los que saldría ganadores y venció en los estados, que según los expertos, tenía que ganar para convertirse en el improbable presidente electo.
Trump ganó en Florida, Ohio, Carolina del Norte, Iowa, Pennsilvania, Georgia y Michigan y así se ha convertido en el “improbable” presidente electo que ha vencido todos los vaticinios de los expertos estadounidenses, desde que inició su camino en el proceso republicano. Y sin el apoyo de los principales líderes del partido. Tanto así, que fuentes cercanas al expresidente George Bush, republicano, dieron a conocer que él no votó por Trump.
El mapa electoral evidencia que los pueblos tradicionales, no cosmopolita, del centro de los Estados Unidos favorecieron a Donald Trump, quien tuvo que conformarse con las grandes ciudades de las costas este y oeste.
A las tres de la mañana hora dominicana el jefe de campaña de Hillary Clinton mandó a sus seguidores a dormir y a que esperen el conteo de los votos “porque Hillary no está lista”.
En una pelea reñida, este multimillonario, de 70 años, sin ninguna experiencia política y conocido por su cadena de hoteles y casinos.
Los mercados financieros, que tienen una clara preferencia por Clinton, caían en picada a media jornada en las operaciones de Asia, con el peso mexicano alcanzando su nivel histórico más bajo.
Ante lo que consideran un sismo político y económico, la bolsa de Tokio se desplomó casi en un 5%, mientras que los indicadores estadounidenses registraban netas bajas de más de 4%.
Hace historia pero no es suficiente
Por primera vez en la historia, el voto latino, que rompe récords cada cuatro años debido al crecimiento de la población, podría ser decisivo y ayudar a Clinton a alcanzar la Casa Blanca.
El miedo a una victoria de Trump, que ha dicho que los mexicanos son “violadores” y “narcotraficantes”, y que si es elegido, construirá un muro en los 3.200 km de frontera con México y deportará a los 11 millones de indocumentados del país, movilizó a muchos hispanos, la primera minoría del país.
Sin embargo, el candidato presidencial republicano ganó Florida, donde viven mucho de los estadounidenses de origen latino, de acuerdo con proyecciones coincidentes de cadenas de TV, en un importante golpe a las aspiraciones de Hillary Clinton.
En el barrio latino de East Los Angeles, para el mexicano estadounidense Margarito Salinas, de 88 años, la opción era fácil.
“Ese tipo es casi un nazi”, dijo Salinas. “Yo le di mi voto a ‘La Señora’”.
En Corona, Queens, el corazón hispano de Nueva York, la mexicanoestadounidense Rosa Hernández, de 34 años, cuenta que votó por “La Hillary” porque “tiene la cabeza un poquito más ordenada que Trump, que tiene mucho racismo, está lleno de odio contra los mexicanos y las mujeres, no está en sus cabales”.
“Nueva York te odia”
Una alegre Clinton votó temprano, poco después de las 08H00 locales en una escuela cerca de su casa en Chappaqua, en el estado de Nueva York, que ganó.
“Espero ser recordada como alguien que comenzó a ayudar a sanar nuestro país, superar la división”, dijo luego a la radio WOKQ.
Donald Trump votó en una escuela cerca de la Trump Tower en Manhattan, bajo los abucheos de simpatizantes de su rival que le gritaban “¡Nueva York te odia!”.
Con rostro serio, votó junto a su esposa Melania en cabinas distintas. “Fue una difícil opción”, bromeó después.
Los dos candidatos tienen previsto realizar “fiestas de la victoria” para esperar los resultados al final de la jornada, ambas en Manhattan, a apenas 3 km de distancia.
La votación fue pacífica, pero al final del día un tiroteo que dejó dos muerto y dos heridos en un barrio residencial de Azusa (40 km al este de Los Angeles) provocó el cierre anticipado de dos oficinas de votación cercanas.
Hartos
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, la campaña dejó a una población exhausta. Un 82% de los estadounidenses se declararon hartos en un sondeo reciente.
Los dos candidatos son como el agua y el aceite: la abogada Clinton es una figura política hace 25 años, a quien la mitad de los estadounidenses detesta y duda de su honestidad. Esposa del expresidente Bill Clinton (1993-2001), fue primera dama, senadora y luego secretaria de Estado del presidente Barack Obama.
Menos querido aún, Trump, millonario exestrella de telerrealidad y sin haber sido electo nunca, supo interpretar como nadie los temores de una clase media blanca frustrada en un mundo en mutación.
Antiinmigrante, impulsivo y corrosivo, denunciado por varias mujeres que dijeron haber sido toqueteadas por él, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política. La dirigencia del partido Republicano le dio prácticamente la espalda.