¿Cómo superar el desempleo y la depresión?
El no sólo nos da dinero, sino que ayuda a desarrollarnos social y profesionalmente, nuestra rutina y nos dignifica.
Perder o no conseguir puede desencadenar una crisis emocional. Es importante detectarlo a tiempo para recuperar el entusiasmo.
Estar sin trabajo es, sin dudas, un problema y puede representar una crisis según cuál sea la necesidad de cada persona. Ahora bien, si a eso le sumamos una depresión… La cuestión se agrava, porque podemos llegar a tener una doble crisis.
Es importante aclarar que, frente al desempleo, podemos estar tristes o “bajonearnos”, pero no necesariamente el desempleo nos lleva a deprimirnos. El desempleo puede ser una crisis en la de una persona que, eventualmente, puede desembocar en una depresión.
Cómo darnos cuenta de que estamos deprimidos
Hay algunos síntomas que nos alertan sobre nuestro estado de ánimo. En general, hay dos alarmas muy claras que podemos identificar: una tiene que ver con el dormir y otra, con el apetito. En una persona que padece depresión, estas dos suelen estar alteradas por mucho o por poco: o duerme poco o alternadamente, o duerme más de la cuenta y le cuesta levantarse y arrancar. En cuanto al apetito, puede ser que esté comiendo más y que esto la lleve a subir de peso o todo lo contrario: no tiene hambre y bajó de peso rápidamente.
Además de esto, hay que prestarle mucha atención a nuestra capacidad de disfrutar y de hacer cosas, una está relacionada con la otra. Supongamos que todas las semanas te ves con tus amigas, se encuentran para charlar y para saber cómo anda cada una. Esa reunión la esperás y la disfrutás mucho. Si estás deprimida, con el tiempo, ese placer que encontrabas en ese encuentro comienza a desaparecer y, más tarde o más temprano, dejás de ir. Esto te puede pasar con muchas actividades, inclusive con la de buscar trabajo. ¿Qué podemos hacer frente a esta situación?
1 – Vuelve a hacer las cosas que te gustan. Una de las claves tiene que ver con poder entender que muchas veces se sale de la depresión por donde se entró. ¿Qué quiere decir esto? ¿Tenemos que esperar a que tengas ganas de volver a la reunión o tenés que intentar volver y ver qué te pasa? La forma en que se recupera el placer que te daba una actividad tiene que ver con volver a hacer eso que te gusta y, a medida que lo vuelvas a hacer, reaparece el placer que te daba, aunque al principio no tengas ganas.
2 – Revisa tus pensamientos. Otra cuestión muy importante es estar atentos a lo que se nos pasa por la cabeza. Es muy común que aparezcan pensamientos que contengan categorías absolutas, esas palabras generalizadoras que nos dejan muchas veces atrapados, como “todos”, “nadie”, “nunca”, “ninguno”, etc. En este caso, alguien podría pensar “nunca voy a conseguir trabajo”. Si yo digo que “nunca voy a conseguir trabajo” quiere decir nunca; y nunca es nunca: ni ayer ni hoy ni dentro de dos meses.
Estos pensamientos suelen tener el poder de modificar el estado de ánimo, o sea, es imposible sentirse bien si pienso que ese trabajo que tanto necesito no lo voy a conseguir nunca. Dicho sea de paso: ¿cómo sabes que nunca vas conseguirlo? Hasta donde yo sé, la bola de cristal no existe. Lo que sí sé, es que si pensás que no lo vas conseguir, probablemente pase eso.
Puede ser necesario también revisar cuánto del trabajo tiene que ver con la identidad de esa persona, con el valor que vos te das. Está claro que trabajar es muy importante en la vida de todos: cubre una necesidad económica, estructura la semana, levanta el ánimo y dignifica. Pero si nos deprimimos frente al desempleo puede ser que algo del valor de esa persona se ponga en juego en relación al trabajo: valgo si tengo trabajo o si tengo determinado trabajo, por ende, si no lo tengo, no valgo.
3 – Divide la tarea. Una herramienta concreta que podemos utilizar frente a esta situación es dividir la tarea de buscar y conseguir trabajo en muchos pasos. Pensemos esto como una escalera que tenemos que subir escalón por escalón, teniendo en cuenta que solo podemos pasar al siguiente escalón cuando estoy completamente afirmado en el que estoy.
Si pensamos la tarea toda junta, se nos puede hacer gigantesca, y encima yo estoy “empequeñecido”… Obviamente que todo junto me puede parecer inalcanzable. El primer escalón puede ser actualizar tu CV. Una vez que lo tengas hecho, recién ahí pasa al siguiente, que puede ser mandarlo a las consultoras o a los contactos que puedan ayudarte. Hacé un listado de cuáles serían para vos tus propios escalones, empezando por lo más fácil para después llegar a lo más difícil.
Por supuesto, también tenemos que tener en cuenta que puede ser necesario una consulta con un profesional para determinar si estás deprimida o no. Si así fuera, uno de los avances más importantes de los últimos tiempos es saber que una depresión leve o moderada puede ser tratada exitosamente solo con psicoterapia, sin que sea necesario el uso de medicación.
Fuente: DERF