¿Cuál es la mayor profundidad que ha alcanzado el ser humano aguantando la respiración?
Tal vez una de las mejores demostraciones sobre la apnea o el buceo libre en el cine fue la película del francés Luc Besson “El gran azul” de 1988, donde la premisa de aquel esfuerzo submarino extremo no era solo alcanzar el objetivo, sino regresar con vida de las profundidades.
En esa intensa refriega con los mares, la plusmarquista mundial de apnea, la rusa Natalia Molchanova, no halló el camino de regreso y desde el pasado domingo 2 de agosto se encuentra desparecida en las aguas de la isla Formentera, en el sur de España.
Pero, ¿por qué ha tenido tanto impacto su desaparición?
Una de las razones ha sido su impecable historial de registros en la categoría femenina: 21 récords mundiales, incluido el de ser la primera mujer en romper la mítica barrera de los 100 metros de profundidad.
Pero no ha sido la única que ha querido abarcar esa región inexplorada que es el fondo del mar. Con aire o sin él, las profundidades son más que una obsesión para cientos de deportistas.
En BBC Mundo revisamos cuáles son los registros más destacados en la exploración subacuática.
Molchanova
La rusa era considerada la “reina de la apnea”, en especial por dos marcas muy difíciles de batir: los 101 metros de inmersión con aletas y los 71 metros sin aleta.
Especialmente ese registro por encima de los 100 metros es considerado un logro casi legendario. Molchanova lo logró en septiembre de 2009, cuando se sumergió en las aguas de la ciudad de Sharm el-Sheik, en Egipto, y 3 minutos y 56 después impuso una marca increíble.
“Natalia Molchanova, 101 metros, nuevo récord mundial”, dijo una de las juezas presentes en la prueba con la tarjeta blanca que Molchanova había traído de las profundidades.
Y en cuestión de hombres, la cosa queda en familia. Alexey Molchanov, uno de los dos hijos de la apneísta rusa, es el poseedor del récord masculino de inmersión con aletas con una marca de 128 metros.
Con un equipo de buceo
Pero, ¿cuál ha sido la mayor inmersión del hombre con ayuda de un tanque de oxígeno? Ese registro pertenece al buceador egipcio Ahmed Gabr, quien llegó a los 332 metros de profundidad.
La hazaña, que estaba programada para que fuera realizada en 2012, tuvo que ser aplazada debido a la revolución que causó la salida del poder de Hosni Mubarak.
Fue entonces el 18 de septiembre de 2014 que Gabr hizo su inmersión en las aguas del Mar Rojo. El descenso hasta los 332 metros duró apenas 15 minutos.
Sin embargo, el regreso a la superficie tardó más de 13 horas. Debido a la enorme presión a esa profundidad, se tomaron las medidas necesarias para evitar una descompensación en el ascenso que podía haber causado la muerte de Gabr.
¿Y los otros mamíferos?
En tanto, los récords de inmersión corresponden a otros animales que, a diferencia de los humanos, tienen en las profundidades su hábitat natural.
El registro de la especie observada en aguas más hondas corresponde al Pseudoliparis amblystomopsis que fue avistado a una profundidad de 7,7 kilómetros. Sin embargo, su forma de respirar difiere mucho de la del ser humano, por lo que no es comparable en este aspecto.
Para que la comparación sea válida, tendríamos que hablar de los mamíferos que logran habitar los mares. Hasta ahora los números que tienen los biólogos pertenecen a las ballenas, los delfines y las focas.
Y en esa categoría la marca parece tenerla el ballenato de Cuvier (Ziphius cavirostris), una especie de cetáceo entre las 21 existentes de la familia de los zifios.
Investigadores del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, en Estados Unidos, utilizaron unas etiquetas electrónicas para rastrear los movimientos del ballenato de Cuvier y descubrieron que puede bucear hasta casi dos kilómetros de profundidad y que puede permanecer bajo el agua hasta 85 minutos.