De promisorio novato a un vulgar delincuente
SANTO DOMINGO. Hace menos 40 meses, Luis Enrique Acosta aspiraba a no ser un “firmao” más y, gracias a las cinco herramientas que poseía, se convirtió en el primer prospecto latinoamericano por el que los Cachorros de Chicago depositaron un bono de siete dígitos (US$1.1 millones).
Esa inversión peligra. al igual que los sueños de defender el campo corto del mítico Wrigley Field, puesto que Acosta podría ser condenado a pasar hasta 30 años en prisión, si es encontrado culpable.
El jueves, Acosta fue presentado como uno de ocho implicados en el asesinato del viceministro de Energía y Minas, Victoriano Santos, y su hijo Víctor Santos, en Cotuí, y la Procuraduría General de la República pedirá medida de coerción de un año.
Identificado en el grupo como El Pelotero, Acosta habría prestado su yipeta Toyota 4Runner a un “grupo de amigos que se dedicaban a robos y atracos” para el caso y, de acuerdo con el reporte policial, habría participado en otro hurto el pasado 14 del corriente mes.
Nacido el 28 de noviembre de 1994 en Los Frailes, Santo Domingo Este, Acosta ingresó a la academia Valentín Moneró en Boca Chica con 12 años, la misma por la que pasaron Marcell Ozuna y Kelvin de León, otro prospecto al que los Yanquis dieron US$1.1 millones en 2007, y que fue dejado libre en 2014.
La investigación de la Policía arrojó que, en principio, a los investigadores les costó entender cómo una persona con todo el dinero que Acosta había recibido estaría vinculado a esa red, por lo que visitaron la academia de los Cachorros en Boca Chica, y allí recibieron la información de que el joven había sido suspendido y sancionado por ingresar alcohol a la academia, e incitar a sus compañeros al consumo de éste.
El vehículo del torpedero que al momento de su firma proyectaba condiciones como Hanley Ramírez y los 30 equipos lo querían, estaba a nombre de su padre, Luis José Acosta.
A juzgar por su desempeño, Acosta perdió el enfoque tan pronto firmó. En tres años en la Liga de Verano bateó para .171, con un pobre porcentaje de embasarse de .284, seis jonrones y 43 carreras remolcadas en 430 turnos.