El hallazgo podría favorecer el desarrollo de tratamientos que ayuden tanto a fumadores como a los no fumadores a bajar de peso, y quizás, a dejar el tabaco.“Desafortunadamente fumar ayuda a no subir de peso”, según reconoce en declaraciones a la BBC, recogidas a Europa Press, la profesora Marina Picciotto, autora del estudio.
Los investigadores estaban analizando el efecto de un fármaco potencial para la depresión que actúa sobre un grupo de receptores localizados en la superficie de las neuronas. Estos receptores, llamados receptores nicotínicos, tienen muchas funciones y una de ellas es ser el blanco de la nicotina en el cerebro.
Al probar el fármaco experimental en ratones, los científicos notaron que los animales tratados comían menos que los que no recibieron el medicamento.
En una serie de experimentos para investigar esta relación, los científicos encontraron que el fármaco activaba a un tipo específico de receptor nicotínico que a su vez activaba a un grupo de neuronas en el hipotálamo, llamadas células proopiomelanocortina (POMC).
También descubrieron que cuando se suministraba nicotina a los ratones, los que tenían desactivadas las células POMC no perdían peso, pero sí aquéllos que tienen las neuronas normales.
Los científicos se dieron cuenta además de que estos receptores son diferentes de los que se encargan de activar el ansia por fumar que sienten los fumadores.
“Esto sugiere que es posible conseguir el efecto de supresión del apetito sin tener que estimular los centros de recompensa del cerebro”, explica la doctora Picciotto.
Los investigadores insisten que el hallazgo podría conducir eventualmente al desarrollo de un medicamento que ayude a mantener el peso en los fumadores que han dejado el hábito.
De hecho, estudios previos han demostrado que las neuronas POMC están involucradas en la obesidad, por lo que los científicos creen que el hallazgo también ofrece la posibilidad de desarrollar tratamientos para controlar la obesidad y otros trastornos metabólicos.