Disminuyen trasplantes de hígado en RD por falta de donación de órganos y cobertura médica

El trasplante de hígado en República Dominicana cada día va en descenso debido a la falta de recursos económicos de los pacientes, la limitada cobertura de las aseguradoras y la escasa cultura de donación de órganos, según afirmaron médicos especialistas en gastroenterología y hepatología del país.
Durante una jornada científica organizada por la Sociedad Dominicana de Gastroenterología, la doctora Marlene Pérez advirtió que, aunque el país no cuenta con cifras que puedan determinar el porcentaje, un 30 % de los pacientes hepáticos necesita un trasplante.
Sin embargo, señaló que la incidencia aumentará por las enfermedades hepáticas alcohólicas y por hígado graso.
“Lamentablemente, están llegando más pacientes todavía más jóvenes afectados también con edades anteriores; y eso es algo que preocupa, pero lo que más me preocupa es que no hay cobertura nacional”, alertó la doctora Pérez en su participación como conferencista en la jornada científica sobre enfermedades del sistema digestivo organizada por la Sociedad Dominicana de Gastroenterología.
El procedimiento de trasplante de hígado no es cubierto por Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), lo que hace que, en el tiempo de espera, el paciente en ocasiones llegue a fallecer.
El trasplante hepático es una urgencia que está en la resolución 535-05, según afirmó la galena, mientras indicó que es necesaria que sea aprobada por el sistema del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS).
La resolución 535-05 establece la creación de programas para la cobertura integral de trasplantes, incluyendo trasplantes hepáticos, cardíacos, pancreáticos y de médula ósea.
“Es una urgencia que ya la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) someta esa resolución de manera definitiva para que los pacientes tengan cobertura para el trasplante hepático, porque también el país necesita cobertura para las cargas virales, para la hepatitis B o C”, aseguró.
La doctora que se dedica a la gastroenterología y hepatología indicó que la aprobación de la resolución ayudaría a que el paciente con cualquiera afección pueda tener un monitoreo más cercano con la enfermedad.
“Y así evitemos pacientes que, aun con fibrosis, no puedan realizarse sus pruebas. Monitorear al paciente le evitaría un cáncer hepático o una enfermedad hepática progresada que no requiriera llegar al trasplante”, aseguró.
Según la especialista, el procedimiento ronda en 1,7 millones. Sin embargo, afirmó que ya cuando el paciente llega en sí al proceso de trasplante ha gastado mucho dinero. “Hay muchos procedimientos pretrasplantes que hay que hacer porque es una evaluación general del paciente para determinar si está idóneo para recibir un trasplante y si no tiene una contraindicación”.
El expresidente de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología, doctor Luis Manuel Pérez Méndez, explicó que el problema actual es que la Administradora de Riesgos de Salud (ARS) no cubre el trasplante hepático, pero que los pacientes que no cuentan con la cobertura tienen la facilidad a través del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
“Es decir, que si el paciente califica para que el hospital le cubra los gastos del trasplante, o sea, el de cirugía, el hospital cubre esos gastos. Si tiene seguro, el seguro sí le va a cubrir analíticas, estudios, etc., pero no le va a cubrir el pago del trasplante y, en ese caso, el hospital tiene un servicio social que visite a esos pacientes para ver si verdaderamente no están en condiciones económicas para cubrir la cirugía de trasplante. Si no lo están, entonces el hospital asume el costo”, agregó.
LA DONACIÓN: UN OBSTÁCULO RECURRENTE
Ambos especialistas coincidieron en que las personas en República Dominicana no quieren realizar el proceso de donación, por lo que dificulta el proceso.
Según el doctor Pérez Méndez, los familiares de los pacientes que son potenciales donantes niegan la donación.
El expresidente de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología explicó que la donación se lleva a cabo cuando los pacientes fallecen y los familiares quieren donar el órgano.
“Cuando una persona está en una unidad de cuidados intensivos con ventilación automática, o sea, con un respirador, esos son los que califican para donar órganos siempre y cuando se haya demostrado que ya está en muerte cerebral”, continuó explicando.
“Entonces, cuando ya se demuestra que esta muerte cerebral, ahí es que un coordinador de trasplante, que es el que se encarga de hablar con la familia, se dirige a la familia para solicitarle los órganos, pero en la mayoría de las veces esa solicitud es negada por los familiares”, agregó.
Ante esta realidad, los médicos informaron que trabajan para implementar en el país la modalidad de trasplante de donante vivo, en la que un segmento del hígado del donante es trasplantado al receptor. “El hígado se regenera en tres meses, así que el donante no corre riesgo”, explicó el galeno.