El coronavirus llenó de angustia a toda la población
Cuando el coronavirus cruzaba fronteras al comienzo de la pandemia, las llamadas a líneas telefónicas especiales que suministraban información o asistencia registraban inquietudes llamativamente similares en todos los rincones del planeta, de China al Líbano, de Finlandia a Eslovenia.
Un análisis de 8 millones de llamadas a líneas especiales de asistencia de 19 países, publicado el miércoles por la revista Nature, revela una respuesta colectiva uniforme en tiempos sin precedentes, llenos de incertidumbre.
La preocupación de la gente que llamaba se centraba en el miedo a infectarse, a la soledad y al impacto del virus en su salud. Se registraron asimismo menos llamadas relacionadas con la pareja, problemas económicos y tendencias suicidas que antes de la pandemia.
Investigadores de Suiza y Alemania analizaron las llamadas en 14 países europeos, Estados Unidos, China, Hong Kong, Israel y el Líbano. Tomaron en cuenta líneas de prevención de suicidios, así como otras líneas que ofrecían asesoría ante una crisis.
“Nos sorprendió la similitud en la evolución de las tendencias de las llamadas en todos los países”, comentó Marius Brulhart, profesor de economía de la Universidad de Lausana y quien dirigió el estudio.
Los investigadores estudiaron las llamadas de las 12 primeras semanas de pandemia en el 2020 y comprobaron que alcanzaron su máximo volumen luego de seis semanas, en que fueron un 35% más altas que las del mismo período en el 2019.
También analizaron las llamadas de la primavera boreal del 2021 en Francia y Alemania. Detectaron una relación directa entre la cantidad de llamadas y los altibajos en los contagios y en las restricciones impuestas por los gobiernos. Las inquietudes expresadas, por otro lado, fueron parecidas a las de los inicios de la pandemia.
Los confinamientos y la orden de mantener distancia social generaron aumentos en las llamadas por el temor, la soledad y comportamientos o pensamientos suicidas. La asistencia financiera que ofrecieron los gobiernos a quienes perdían sus empleos o tenían que cerrar sus negocios tuvo el efecto contrario, pues “aliviaron el temor y la preocupación”, señalaron los investigadores.
Karestan Koenen, especialista en salud mental de Harvard, dijo que la merma en las llamadas tras recibir asistencia del gobierno es un elemento relevante, que deberían tener en cuenta por los políticos.
El análisis de esta información es “una forma muy creativa de evaluar la salud mental durante la pandemia” en varios países, señaló. Las inquietudes expresadas en las llamadas ratifican las conclusiones sacadas en estudios del impacto de la pandemia en la salud mental, de acuerdo con Judith Bass, de la Johns Hopkins’ Bloomberg School of Public Health.
“La idea de que el temor fue una de las primeras manifestaciones tiene sentido en una investigación y también desde un punto de vista lógico”, dijo Bass. El virus “era algo desconocido, que nadie había experimentado”.
Bass destacó que el estudio no incluyó países en desarrollo, entre ellos los de África, que experimentaron el ebola y otros brotes.
Al estallar la pandemia del Covid-19, señaló, los habitantes de esas naciones tal vez tuvieron reacciones distintas a los de otras regiones.
De todos modos, el estudio reveló lo útiles que son las líneas especiales de asistencia en todo el mundo, dijo Bass.
Brulhart explicó que los países usados en el estudio fueron seleccionados porque manejan la información de una manera accesible a los investigadores.